2016 vendrá cargado de nuevos retos. Por ello, Legg Mason hace balance de los pros y los contras que encontrarán los inversores que se decidan a aventurarse en los mercados durante los próximos meses. Por ello, los asset managers más conocidos de las siete filiales de Legg Mason (QS Investors, Martin Currie, Permal Asset Management, […]
Dirigentes Digital
| 24 nov 2015
2016 vendrá cargado de nuevos retos. Por ello, Legg Mason hace balance de los pros y los contras que encontrarán los inversores que se decidan a aventurarse en los mercados durante los próximos meses. Por ello, los asset managers más conocidos de las siete filiales de Legg Mason (QS Investors, Martin Currie, Permal Asset Management, ClearBridge Investments, Western Asset Management, Brandywine Global y Royce & Associates) ofrecen una ‘guía’ con las principales cuestiones a tener en cuenta sobre la gestión de activos y las perspectivas de los mercados.
En este sentido, Michael Zelouf, director de negocio para EMEA en Western Asset Management asegura que, de cara al futuro, la principal necesidad es mejorar los retornos en las inversiones y la liquidez así como orientar la diversificación desde acciones a otro tipo de activos con riesgo.
Por ello, el experto señala por otra parte que los principales retos girarán en torno al bajo crecimiento nominal y a los tipos de interés, especialmente en los mercados desarrollados. Además, Zelouf destaca que la correlación entre los bonos y el "equity" será mucho menos predecible.
Pero, como en todo, desde Legg Mason también apuntan a las posibles ventajas que traerá este escenario. Una de ellas es que invertir sólo en mercados ofrecerá un buen retorno, ya que evita las distorsiones. Por otra parte, Zelouf también alaba las ventajas de ser flexibles y dinámicos a la hora de gestionar una cartera. Esta ventaja será clave, sobre todo, a la hora de enfrentar un mercado en el que la mayoría de países tienen una elevada deuda.
En concreto, el especialista habla de la situación de Estados Unidos, cuya deuda ha pasado de suponer un 87% del PIB en 1987 a casi un 200% en 2014. El escenario se complica además porque el crecimiento global será lento. Además, la deuda acumulada hace que las economías sean más vulnerables a la deflación.
El gestor parte un escenario base en el que la recuperación global será lenta mientras la inflación y los tipos de interés continúan a la baja. Las implicaciones que este escenario tiene para los inversores es que éstos tendrán que tener en cuenta a los países emergentes, ya que cobrarán una especial relevancia.