La recuperación (no completada en mi opinión) de la crisis económica mundial se ha caracterizado por la debilidad mostrada por el comercio mundial, con ritmos de crecimiento sistemáticamente por debajo del propio crecimiento económico. Pero, en 2015 hemos visto una nueva dimensión en este proceso: la volatilidad. Renovada debilidad en la primera mitad del año […]
Dirigentes Digital
| 23 sep 2015
La recuperación (no completada en mi opinión) de la crisis económica mundial se ha caracterizado por la debilidad mostrada por el comercio mundial, con ritmos de crecimiento sistemáticamente por debajo del propio crecimiento económico.
Pero, en 2015 hemos visto una nueva dimensión en este proceso: la volatilidad. Renovada debilidad en la primera mitad del año pasado y recuperación en la parte final.
Para el FMI sobre le débil comportamiento de los últimos años han pesado tres factores: la propia debilidad de la demanda mundial, la madurez de las cadenas de producción y desaceleración e incluso estancamiento en el proceso de liberalización comercial. La reciente volatilidad podría quedar explicada por el proceso de ajuste en la economía china, en un entorno de fuerte incertidumbre futura. Al final, como consecuencia directa en una mayor inestabilidad financiera.
Se estima que la contracción del 15% en las compras desde China han explicado más de la mitad de la caída de las importaciones a nivel mundial. Y las de Asia en conjunto, más del 90% de la debilidad de las compras a nivel mundial.
¿Qué está ocurriendo en China? Ajuste económico (especialmente de la economía tradicional; inversión y exportaciones) y debilidad económica (consumo). Al final, son precisamente las importaciones industriales y de inversión las que más han sufrido la debilidad e inestabilidad durante 2015. Pero, sin duda, la producción manufacturera de bajo valor será la que más se beneficie en el futuro de la recuperación económica en China. Y a nivel mundial. Pero esto no parece que vaya a ocurrir a corto plazo.
¿Y las materias primas? Lo llamativo de los últimos meses es que los volúmenes de exportaciones se han mantenido relativamente estables, explicando la caída de los precios el fuerte descenso de los ingresos. En definitiva, son las expectativas más bien que la caída de la demanda lo que ha explicado la caída de los precios. Y el aumento de la oferta ha sido la respuesta de muchos países productores para limitar el descenso de ingresos.
¿Y el futuro? Lo dicho: depende de que los ajustes en economías como China se completen. Pero, además, que el resto de las economías desarrolladas mejoren su demanda. Y todo ello en un contexto de mayor estabilidad financiera mundial.
¿Les parece que pido mucho? El riesgo, que realmente temo, es que la debilidad del comercio se traduzca en mayor proteccionismo y vuelta atrás en la liberalización comercial y financiera. Es bueno repetirlo para que finalmente se pueda evitar. Ya saben que las crisis ocurren precisamente porque no son esperadas.
José Luis Martínez Campuzano es estratega de Citi en España.