Hay que tener en cuenta que este indicador aglutina a empresas de pequeña, mediana y gran capitalización de 18 países europeos. Y lo que había comenzado como un año de record se ha tornado en una pesadilla para este indicador, que había logrado cerrar su mejor primer trimestre desde 2009 y va camino ahora del […]
Dirigentes Digital
| 19 jun 2015
Hay que tener en cuenta que este indicador aglutina a empresas de pequeña, mediana y gran capitalización de 18 países europeos. Y lo que había comenzado como un año de record se ha tornado en una pesadilla para este indicador, que había logrado cerrar su mejor primer trimestre desde 2009 y va camino ahora del peor mes (junio) de los últimos dos años. Según indican desde Bloomberg, un tercio del rally se ha perdido después de que el indicador haya caído más de un 7% desde sus máximos históricos marcados el 15 de abril.
Y es evidente que la tensión entre Atenas y sus acreedores está detrás de esta huida de los inversores. El último capítulo de la crisis lo protagonizan de nuevo los bancos helenos, cuya solvencia corre un serio peligro ante la fuga de capitales producida en la última semana. Un movimiento que ha obligado al Banco Central Europeo (BCE) ha reunirse de urgencia hoy mismo para estudiar una ampliación de las líneas ELA, con el que las entidades se están financiando por el momento.
Las retirada de depósitos ha superado los 4.000 millones de euros este mes en el país, con un ritmo acelerado en las últimas dos jornadas que, según indican los expertos, podría superar los 1.850 millones de euros.
Las cifras ofrecidas por Reuters se mueven en la misma dirección. Según la agencia, la autoridad monetaria europea no tiene claro que, ante la salida de depósitos que sufre el país, las entidades financieras puedan abrir el lunes. Entre el lunes y el miércoles, los ahorradores helenos habrían sacado 2.000 millones de euros de los bancos. La semana pasada, el ritmo de "salidas" había sido de entre 200 y 300 millones diarios. Los últimos datos publicados por el banco central griego, señalan que desde octubre a abril, la "sangría" ha sido de 30.000 millones de euros.
Aún así, desde el departamento de análisis de Bankinter lanzan un mensaje de calma al mercado, explicando que "si finalmente la postura de los acreedores se tensa y se decide establecer controles de capital a Grecia, el mercado puede interpretar que por fin estamos cerca de una solución definitiva, en lugar de un nuevo mal acuerdo". En este entorno, explican que toda la atención debe enfocarse en la reunión de emergencia convocada el próximo lunes para tratar de llegar a una resolución de esta situación.
Desde la firma señalan la división que existe entre las consecuencias de una posible suspensión de pagos de Grecia y una eventual salida del euro. Hay que recordar que la única realidad que está ahora sobre la mesa es que el calendario de pagos es de 1.600 millones al Fondo Monetario Internacional (FMI) el 30 junio y de 6.700 millones al Banco Central Europeo (BCE) durante julio y agosto. Y que el Estado griego no tiene fondos suficientes para hacer frente a estos pagos.
"Si Grecia saliese del euro su situación económica se haría mucho más grave y se impondría la necesidad de un corralito, que limitaría la disposición de efectivo a los ciudadanos griegos, y un control de los movimientos de capitales", indican los expertos. Y recuerdan que el FMI admite una reestructuración de la deuda, plazos más amplios y bajada de intereses, "lo que sería coherente con la reducción del objetivo de superávit fiscal primario". Grecia parece estar de acuerdo, pero no el resto de los acreedores.