Después de que al cierre del cuarto trimestre Avon no consiguiera sus objetivos de ventas, el fabricante de cosméticos se resignó a reactivar la demanda de sus productos en sus mercados de América del Norte y del Sur, los que hasta este año habían sido sus principales mercados. Los malos resultados que Avon arrastra desde […]
Dirigentes Digital
| 15 mar 2016
Después de que al cierre del cuarto trimestre Avon no consiguiera sus objetivos de ventas, el fabricante de cosméticos se resignó a reactivar la demanda de sus productos en sus mercados de América del Norte y del Sur, los que hasta este año habían sido sus principales mercados. Los malos resultados que Avon arrastra desde 2011, último año en el que obtuvo beneficio, han llevado a la empresa a poner en marcha un plan de reestructuración que durará 3 años. Dentro de este ‘planning’ han incluido el despido de 2.500 empleados de la compañía en todo el mundo. El recorte de tantos puestos de trabajo se debe a la decisión de vender a la compañía norteamericana Cerberus, mayor inversor de la empresa de cosméticos, la casi totalidad del negocio de Avon en Estados Unidos, país en el que tiene su sede central. En base a esta operación la compañía decidió trasladar su sede corporativa a Reino Unido, además de rescindir el contrato a más del 88% de su plantilla, la cual era hasta ahora de 28.300 empleados. Avon espera que al cierre del primer trimestre los despidos le supongan unos coste de alrededor de los 60 millones de dólares antes de impuestos. Mientras que la división de cosmética sufre recortes por todos lados, la inversión de 350 millones de dólares en tecnología durante enero de este año ha supuesto que en 3 meses las acciones de la compañía subieran un 4%. Tal vez este pequeño rayo de luz sea lo que ha llevado a la compañía de inversión de riesgo Barington Capital a confiar en la posibilidad de que Avon vuelva a crecer. Desde el fondo accionista declararon: “Creemos que todavía hay mucho más que hay que hacer para mejorar el negocio”, refiriéndose a los despidos que llevará a cabo Avon. Además añadió que la empresa necesitaría añadir nuevos consejeros independientes. Después de la caída estrepitosa de sus ventas y el desplome de sus acciones a principios de este año la compañía ha tenido que tomar medidas para que entren inversores y que los que ya tienen no se desvanezcan. Por este motivo la compañía se traslada a Reino Unido, uno de los pocos mercados en los que no ha terminado por hundirse, ha anunciado importantes recortes en la plantilla y ha asegurado que aunque se marche de Nueva York mantendrá sus actuales instalaciones en Suffern y Rye, además de seguir cotizando en bolsa con su símbolo actual.