Desde que diciembre el presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, declararan que comenzaba una era de acercamiento entre ambos países, el sector de las telecomunicaciones se ha convertido en un punto clave de las negociaciones. Cuba tiene una de las tasas de penetración más bajas de Internet y telefonía móvil del […]
Dirigentes Digital
| 24 jul 2015
Desde que diciembre el presidente estadounidense Barack Obama y su homólogo cubano, Raúl Castro, declararan que comenzaba una era de acercamiento entre ambos países, el sector de las telecomunicaciones se ha convertido en un punto clave de las negociaciones.
Cuba tiene una de las tasas de penetración más bajas de Internet y telefonía móvil del mundo, apenas un 5% de los cubanos tiene acceso a Internet en su casa y sólo 2 de sus 11 millones de habitantes tiene un teléfono móvil, según funcionarios de Estados Unidos.
La UIT coloca al país en el puesto 125 de 166 países en el desarrollo de las telecomunicaciones. Los cubanos comunes tienen acceso a una "intranet" controlada por el Estado en sus lugares de trabajo y en las escuelas, o deben pagar por costosas sesiones de Internet en puestos estatales u hoteles que cobran por hora.
Atendiendo a esta situación, ambos estados han puesto sus cartas sobre la mesa. Cuba necesita aumentar el acceso de sus ciudadanos a Internet, pero quiere hacerlo sin modificar el monopolio estatal sobre las telecomunicaciones. Estados Unidos por su parte, aunque también ve vital mejorar las comunicaciones en todo el país considera que el Estado cubano carece de recursos para la cantidad de inversiones que precisa la Isla.
Ya en enero se dió el primer paso en este sentido, la ‘teleco’ estatal cubana Etecsa y la estadounidense IDT firmaron un acuerdo para la interconexión de servicios de telecomunicaciones entre ambos países. Esto supuso la primera ‘interconexión directa’, o ‘telefonía directa’ entre los dos territorios tras cinco décadas de hostilidades. Anteriormente, si alguien quería realizar una llamada de un país a otro, tenía que hacerlo a través de un tercer territorio, lo que aumentaba considerablemente el precio de la misma. Prácticamente al mismo tiempo, el servicio de películas y series en streaming estadounidense Netflix anunció que había lanzado su web en Cuba.
La Habanna, que culpa de su atraso tecnológico a esa política de embargo vigente desde 1962, ya manifestó en enero su total disposición para recibir a compañías estadounidenses del sector para explorar oportunidades de negocio beneficiosas para ambas partes.
Sólo dos meses después, en abril, una delegación responsable de telecomunicaciones dentro del gobierno estadounidense, llegó a La Habana para debatir sobre las nuevas regulaciones emitidas por el gobierno de Estados Unidos y la forma de aumentar la conectividad en Cuba. Los norteamericanos comentaron en este encuentro que para ellos, la solución para mejorar la penetración de Internet y el resto de telecomunicaciones en Cuba, sería permitir la participación de capital extranjero, pero aseguraron que, "el gobierno cubano no ofrecía garantías suficientes".
Sin embargo, y aunque Cuba, sufre un importante retraso en cuanto a acceso a Internet, el país se habría comprometido a conectar a la red a un 50% de las familias de la isla antes del año 2020 y a dar acceso a la telefonía móvil a un 60% de la población, según comentó un alto funcionario del Departamento de Estado de Estados Unidos, miembro de la delegación desplazada a la zona.
El punto de inversión definitivo tuvo lugar hace sólo unas semanas, cuando Cuba abrió 35 puntos de acceso a WiFi gratuito en todo el país, ofreciendo un acceso sin precedentes a Internet. En la isla, hasta ahora sólo una minoría privilegiada tenía acceso a la red y la conexión de banda ancha estaba limitada en su mayoría a salas de navegación estatales y caros hoteles.
"Históricamente, Cuba ha tenido lo que es probablemente el peor acceso a Internet en este hemisferio. Es evidente que el Gobierno cubano ha decidido que el acceso amplio a Internet es esencial para una economía del siglo 21", destacó William LeoGrande, profesor de la American University. "Las salas de Internet y ahora la red inalámbrica demuestran que el Gobierno cubano es serio en sus planes de expansión de acceso a Internet ", agregó.
Además, el Gobierno cubano también recortó los precios de 4,50 a 2 dólares por hora, lo que sigue siendo un precio desorbitado para los cubanos, que por lo general ganan un salario mensual de unos 20 dólares.
Ahora, la reapertura de las embajadas 54 años después de la decisión de romper relaciones está abriendo el camino para que los servicios de telecomunicaciones y el acceso a éstos de miles de ciudadanos puedan convertirse en una realidad. La Oficina de Washington para América Latina, WOLA, ha comenzado a trabajar, junto a senadores del Congreso en un proyecto de Ley que crearía oportunidades en Cuba en los sectores de la Internet y las telecomunicaciones.
Así, la Ley de Desarrollo Digital y de Telecomunicaciones para Cuba, que fue redactada por el legislador republicano Kevin Cramer y el demócrata Peter Welch, con el fin de ayudar a los cubanos a comunicarse entre ellos y con el mundo, está comenzando a generar entusiasmo y, según Wola, "el proyecto podría acelerar el proceso de normalización entre Estados Unidos y Cuba, porque ayudaría a las personas y a las empresas en Cuba que necesitan un mayor acceso al mundo digital".
Los legisladores esperan que el "Acta para el Avance Digital y de Telecomunicaciones en Cuba" (Cuba DATA Act) permita a las empresas estadounidenses aumentar sus negocios con el emergente sector privado en la isla. Según Cramer, con esta medida, "las compañías de telecomunicaciones tendrían una mayor oportunidad de mejorar la infraestructura en Cuba, mientras que los agricultores y emprendedores podrían aumentar sus negocios en la isla con métodos de comunicación modernos".