Un informe reciente de la consultoría de negocios BNamericas plantea que Brasil y México, los dos países americanos más grandes después de Estados Unidos, estarán, junto con Argentina, a la cabeza de un desarrollo nuclear en el continente en las próximas dos décadas. Para sostener su pronóstico, la agencia argumenta que esos países (a los […]
Dirigentes Digital
| 17 may 2015
Un informe reciente de la consultoría de negocios BNamericas plantea que Brasil y México, los dos países americanos más grandes después de Estados Unidos, estarán, junto con Argentina, a la cabeza de un desarrollo nuclear en el continente en las próximas dos décadas. Para sostener su pronóstico, la agencia argumenta que esos países (a los que califica como "potencias atómicas regionales") habían aumentado su consumo en un 19% entre 2010 y 2013, "salto que representa una tendencia más amplia de entusiasmo con la energía nuclear en toda la región".
"Algunos podrían decir que esta fuente de energía es parte del pasado. En Latinoamérica, sin embargo, los países se resisten a la tendencia mundial", indica el informe, que añade que esos tres países apuntan a sumar a su matriz energética una potencia nuclear de 5 GW hacia 2035, contrariando el movimiento mundial de reducir la instalación de esas plantas después del accidente de 2011 en Fukushima.
No obstante, la bajada de los precios del petróleo (que ha acrecentado el atractivo de las centrales térmicas de gas natural) y los elevados costes de desarrollo podrían ser obstáculos a la expansión nuclear, advierte el informe.
DIRIGENTES ha consultado los datos de la Asociación Nuclear Mundial (WNA, por sus siglas en inglés), que destaca que el plan de los gobiernos de esos tres países es prácticamente duplicar su potencia nuclear en 20 años.
Los 4,9 GW que constituyen su capacidad instalada actual se componen sumando 1,9 GW de Brasil, 1,65 de Argentina y 1,35 de México, siendo este último país el que aspira al mayor aumento, con una meta de 2,8 GW. La producción de 2013 fue de 30,9 TWh, volumen que se equipara con la producción total de India o con la de Irán multiplicada por diez, en el mismo período.
Tecnología tropical
Brasil cuenta con dos reactores nucleares (Angra I y II) y un tercero en construcción, además de otros cuatro en obras cuya operación se espera que comience en 2020. La tecnología nuclear comenzó a desarrollarse en este país en 1951 pero recibió un mayor impulso entre 1964 y 1985, bajo la dictadura militar que controló el país durante ese período.
Tras interrumpir en la década de 1980 los acuerdos de cooperación que había firmado con Alemania para el suministro de 8 unidades durante 15 años, la responsabilidad por la construcción de sus plantas pasó a Furnas, una subsidiaria de la estatal Eletrobrás.
En noviembre de 2006 el Gobierno anunció planes para completar Angra 3 y también construir otras cuatro nuevas plantas nucleares a partir de 2015 en un solo sitio. El cronograma preveía que la planta entre en funcionamiento a finales de 2015.
Se espera también que otras dos plantas (en Pernambuco, en el Nordeste, y en Minas Gerais, en el Sudeste) entren en funcionamiento en 2020, agregando una producción bruta de 1,2 GW, que se sumarán a los 1,35 GW que se espera de Angra 3 ya en 2018.
"Brasil es el único estado sin armas nucleares en el que los militares transfieren tecnología de enriquecimiento de uranio para el programa nuclear civil, y la Marina impulsa los avances tecnológicos en el campo nuclear", indica WNA en su informe de marzo de este año.
Militarismo político
Argentina, por su parte, genera cerca de un 10% de la electricidad que consume a partir de plantas nucleares. Su primer reactor comercial entró en operaciones en 1974, año en que asumía la presidencia del país la esposa del general Juan Perón, en plena crisis internacional del petróleo.
Las usinas atómicas llevan nombres asociados con el movimiento político creado por aquel: Perón (Atucha 1) y Kirchner (Atucha 2). Con la reactivación de esta segunda (que incrementó su capacidad en 74% en 2014, permitiendo un agregado de 0,7 GW), Argentina se propone cubrir entre un 15 y 18% de su demanda eléctrica. La puesta en marcha de esa usina apunta a un ahorro de 1.500 millones de dólares anuales en petróleo, según los cálculos gubernamentales.
La república, cuyo espectro político continúa fuertemente influenciado por las ideas del militar que impulsó el primer plan nuclear argentino, ha firmado acuerdos con Rusia y China para la construcción y encendido de dos nuevos reactores, Atucha 3 y 4. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ha anunciado que tiene como objetivo dotar al país de cinco centrales en total.
Puede leer el reportaje completo en nuestra revista DIRIGENTES del mes de mayo.