Fue y es una de las imágenes de la crisis de europea. A finales de 2011, con Italia al borde del abismo, la ministra de Trabajo, Elsa Fornero, rompía a llorar en plena sesión del Parlamento italiano cuando anunciaba la medida dolorosa de congelar las pensiones. Cuatro años después, el Tribunal Constitucional italiano ha declarado […]
Dirigentes Digital
| 11 may 2015
Fue y es una de las imágenes de la crisis de europea. A finales de 2011, con Italia al borde del abismo, la ministra de Trabajo, Elsa Fornero, rompía a llorar en plena sesión del Parlamento italiano cuando anunciaba la medida dolorosa de congelar las pensiones. Cuatro años después, el Tribunal Constitucional italiano ha declarado nula la medida y obliga al Estado a devolver más de 15.000 millones a 5,5 millones de afectados por la decisión.
La decisión se produce con una economía cogida con alfileres, intentando salir de la recesión, con un crecimiento anémico y con una fuerte presión desde Bruselas para que adopte reformas de calado. Se espera que este año abandone de forma definitiva las tasas de crecimiento negativo, el FMI y la Comisión Europea esperan que el PIB crezca en el conjunto del año por encima del 0,5%. En el primer trimestre avanzó un 0,1%. Pero la decisión judicial puede hacer descarrilar los objetivos de déficit. El Gobierno tenía calculado cerrar al ejercicio al 3%, con lo que saldría de monitorización de Bruselas, sin embargo la devolución de las pensiones, que pueden alcanzar los 19.000 millones con los recargos de los intereses, lo elevaría al 3,9% del PIB.
El ministro de Economía italiano, Pier Carlo Padoan, ha reconocido que pago de las pensiones a tocateja supondría superar el Pacto de Estabilidad. El cumplimiento es una de las fortalezas sobre Bruselas que tiene Renzi para aguantar su propio ritmo de reformas y no ceder a las presiones. El Gobierno ha decidido cumplir con la sentencia del Constitucional y no apelar a los tribunales europeos para retrasar la decisión, pese a que para la opinión pública supone asumir como buenas una medida de ajuste del pasado Gobierno de Monti, su rechazo le hizo alzarse con el poder. De esta manera, Renzi intentará respetar el déficit reintegrando el dinero a los jubilados de manera progresiva y comenzando por las rentas más bajas.