Todo parece indicar que Barclays recibirá las ofertas vinculantes para la adquisición de su negocio en España en los próximos días, e incluso entre hoy y mañana, como estipulaba el calendario de venta hecho público por el banco, en el que se fijaba la operación para finales de julio. Esto, unido a la imposibilidad de […]
Dirigentes Digital
| 31 jul 2014
Todo parece indicar que Barclays recibirá las ofertas vinculantes para la adquisición de su negocio en España en los próximos días, e incluso entre hoy y mañana, como estipulaba el calendario de venta hecho público por el banco, en el que se fijaba la operación para finales de julio.
Esto, unido a la imposibilidad de acometer operaciones corporativas en los días previos a la presentación de resultados, que tuvo lugar ayer, sitúa el desenlace del proceso entre hoy y mañana, aunque la firma del acuerdo podría retrasarse hasta septiembre u octubre, ya que, una vez determinado el vencedor de la subasta, ambas entidades deberán perfilar los distintos aspectos del contrato, como por ejemplo hasta dónde se considera que llega el negocio de banca minorista, el único que Barclays tiene en venta.
En la carrera, CaixaBank parte con ventaja (su oferta no vinculante fue la más alta, e incluso negoció de forma bilateral con Barclays hasta la apertura del proceso al resto de competidores), pero otros como Santander, o en menor medida Popular, tampoco están descartados. Ambas entidades siguen siendo las principales candidatas a hacerse con una filial de Barclays en España que, por las características de su negocio (una gran concentración de clientes en Madrid, en el caso de CaixaBank, y un perfil de rentas medias y altas, en el de Santander) les resultan especialmente interesantes.
No en vano, la entidad que finalmente se haga con el negocio de banca minorista de Barclays en España se agenciará un negocio que incluye activos por valor de 20.000 millones de euros, depósitos por 9.000 y créditos por 18.000, así como una cartera de unos 575.000 clientes. Para ello, deberá desembolsar un importe que el banco británico ha calculado en unos 1.500 millones de euros.