Cuando se habían escrutado 5.983 votos, el 86,1% del total de 6.948, la fórmula integrada por Tabaré Vázquez y Raúl Sendic acumulaba ya 1.031.177 de votos frente a los 820.203 de Lacalle Pou y Jorge Larrañaga, aspirantes del Partido Nacional (Blanco). El derrotado aspirante nacionalista a la Presidencia, Lacalle Pou, ocupará un escaño en el […]
Dirigentes Digital
| 01 dic 2014
Cuando se habían escrutado 5.983 votos, el 86,1% del total de 6.948, la fórmula integrada por Tabaré Vázquez y Raúl Sendic acumulaba ya 1.031.177 de votos frente a los 820.203 de Lacalle Pou y Jorge Larrañaga, aspirantes del Partido Nacional (Blanco).
El derrotado aspirante nacionalista a la Presidencia, Lacalle Pou, ocupará un escaño en el Senado desde donde tendrá la tarea de liderar la principal fuerza de la oposición.
Mientras tanto, Raúl Sendic, compañero de Vázquez en la fórmula y que será el vicepresidente y presidente de la Asamblea General (senadores y diputados), adelantó que los temas de educación e infraestructura son dos "desafíos enormes" para la próxima administración. El futuro vicepresidente, de 52 años y con rápido ascenso en la interna del Frente Amplio, es considerado una figura de importante proyección para la izquierda.
Por su parte, el actual presidente José Mujica, de 79 años, que recibió el testigo de Vázquez el 1 de marzo de 2010 y se lo devolverá dentro de tres meses, se apresta a retornar al Senado. Mujica, cuya gestión es aprobada por el 65 % de los uruguayos según una encuesta difundida la pasada semana, dijo que tendrá la tarea de ser articulador de acuerdos internos dentro de la coalición gobernante que agrupa una docena de partidos entre ellos socialistas, comunistas, marxistas, leninistas, los exguerrilleros tupamaros e independientes.
Las propuestas de Tabaré Vázquez
Vázquez, de 74 años, se propone esta vez poner en el centro de su posible gestión elevar el nivel de la deteriorada educación en un país que en la década de 1950 tenía niveles del mundo desarrollado y fue uno de los pioneros en América Latina en establecer la educación gratuita y obligatoria. Para lograrlo, propone subir su presupuesto de un 4,5 a un 6% del Producto Interior Bruto (PIB), lo que dependerá en gran medida de un nuevo impuesto a las grandes extensiones de tierra que prometió aplicar a los hacendados.
En resumen, Vázquez aspira a profundizar las políticas sociales que han sido la base del capital político del Frente Amplio, pero además tendrá el desafío de recomponer sus relaciones con Argentina, un país clave para la pequeña economía uruguaya.