Una de las ciudades más ricas del mundo también sufre de pobreza alimentaria. 1 de cada 5 habitantes de Nueva York necesita la ayuda del Banco de Alimentos y de otros programas para poder tener un plato de comida en la mesa cada día. Aproximadamente 2,6 millones de personas experimentan dificultad para comprar alimentos para […]
Dirigentes Digital
| 19 may 2015
Una de las ciudades más ricas del mundo también sufre de pobreza alimentaria. 1 de cada 5 habitantes de Nueva York necesita la ayuda del Banco de Alimentos y de otros programas para poder tener un plato de comida en la mesa cada día. Aproximadamente 2,6 millones de personas experimentan dificultad para comprar alimentos para ellos y sus familias y 1,4 millones de neoyorquinos dependen de los comedores de beneficencia y de las despensas de alimentos para alimentarse.
Las mujeres, los niños, las personas mayores y los discapacitados constituyen los grupos más sensibles. Pero según Margarette Purvis, presidenta del Banco de Alimentos de Nueva York, las mujeres son las más afectadas. Las más vulnerables son las que tienen hijos en edad escolar y las madres solteras.
El Banco de Alimentos dice que el 80% de los beneficiarios del programa de Asistencia de Nutrición Suplementaria (SNAP) son mujeres. El 22% de todas las mujeres de Nueva York vive por debajo del nivel de pobreza y una de cada seis necesita de los programas de alimentación de emergencia.
Pero la pobreza femenina va más allá de Nueva York. Según un estudio del ‘National Women’s Law Center‘, cerca de 18 millones de mujeres en todo Estados Unidos vive en condiciones de indigencia. El informe dice que "las tasas de pobreza femenina están sustancialmente por encima de las de los hombres".
De acuerdo con el Banco de Alimentos de Nueva York, el hambre está directamente ligada a la estabilidad financiera y a la seguridad. En una ciudad que ostenta los precios más altos de alquileres o compra de vivienda en el país, y en donde el precio de los alimentos puede duplicar y hasta triplicar los de otros lugares en Estados Unidos, muchos residentes se ven obligados a elegir entre pagar por la comida o por el alquiler, el transporte, el seguro sanitario o las medicinas. También contrastan los altísimos salarios que cobran los ejecutivos en el distrito financiero con los apenas 5 dólares por hora de los trabajos precarios.
Niños, ancianos y discapacitados afectados
Según el ‘US Census Bureau‘ del American Community Survey, más de 500.000 niños en Nueva York viven por debajo del nivel federal de pobreza. El Banco de Alimentos reconoce la gravedad del hambre infantil en la ciudad y cuenta distintos programas para intentar acabar con este problema, como son la distribución de alimentos entre los menores en las escuelas, la educación nutricional y el apoyo económico a las familias con niños.
Las personas mayores son otro de los grupos más vulnerables. El 28% experimenta dificultades para acceder a los alimentos necesarios. Una cifra que ha aumentado un 22% desde el año 2003. Aproximadamente 1 de cada 6 ancianos neoyorquinos recibe comida de los comedores de beneficencia y despensas de alimentos. El 16% de ellos ha elegido pagar sus medicinas y la atención médica a comprar comida.
Además, el 31% de los adultos con discapacidad en Nueva York vive por debajo del nivel de pobreza federal.
Los famosos también colaboran
El Banco de Alimentos de Nueva York quiere crear conciencia de la pobreza en la ciudad y hacer llegar a los más necesitados el mensaje de que pueden recibir ayuda. Una buena manera de llegar a todos es a través de carteles en el metro o en las marquesinas de los autobuses haciendo referencia a este problema que vive la ciudad y que es ajeno a muchos.
La campaña publicitaria se realiza en inglés y en español, ya que muchos de los más necesitados proceden de familias hispanas que apenas hablan inglés.
"Uno solo de nuestros anuncios impresos puede llegar a millones de potenciales partidarios", explican desde Banco de Alimentos de Nueva York. "Somos capaces de hacer mucho con poco y las donaciones son muy importantes para nosotros", afirman.
Donaciones de personas anónimas pero también de famosos que ya han colaborado en dichas campañas publicitarias. Los reconocidos actores Susan Sarandon y Kevin Bacon junto a otras celebridades como famosos cocineros estadounidenses, modelos, atletas profesionales, presentadores de televisión y otros actores instan a los neoyorquinos a ayudar a erradicar el hambre. "La ciudad es nuestra casa. El hambre no es bienvenido aquí. 1 de cada 5 vecinos no puede poner un plato de comida en la mesa. Ayúdanos a acabar con el hambre en Nueva York", rezan los carteles.
El año pasado el Banco de Alimentos consiguió 42 millones de dólares en diversas contribuciones y distribuyó más de 30 millones de kilos de comida saludable, incluyendo productos frescos. Unas cifras que esperan que aumenten al tiempo que disminuyan las de las personas necesitadas.