Aunque parezca mentira, Podemos aún no ocupa un solo escaño en el Congreso de los Diputados, pero cada sesión copa gran parte del enfrentamiento entre partidos. ‘El síndrome de la coleta’ ha entrado en varios sectores políticos españoles y parece que lo ha hecho para quedarse. Pongámonos en situación. Allá por 2011, Zapatero era Presidente […]
Dirigentes Digital
| 02 dic 2014
Aunque parezca mentira, Podemos aún no ocupa un solo escaño en el Congreso de los Diputados, pero cada sesión copa gran parte del enfrentamiento entre partidos. ‘El síndrome de la coleta’ ha entrado en varios sectores políticos españoles y parece que lo ha hecho para quedarse.
Pongámonos en situación. Allá por 2011, Zapatero era Presidente del Gobierno y Rajoy líder de la oposición. En una apresurada maniobra para evitar que España fuese intervenida, el PSOE decidió llevar a cabo la reforma del artículo 135 de la Constitución. Con ella se dio rango constitucional a la prioridad absoluta para el pago de los intereses y el capital de la deuda pública de las Administraciones sobre cualquier otra necesidad de gasto.
Su objetivo entonces era garantizar el cumplimiento de las nuevas reglas europeas de disciplina fiscal, austeridad económica y estabilidad presupuestaria por las Administraciones. Cuando esta reforma fue llevada al Congreso, se aprobó con el apoyo del Partido Popular. Además, para entonces, Pedro Sánchez también votó a favor de la misma.
Pero claro, sólo cuatro años después, ha surgido algo similar a un partido político pero con un líder que no lleva traje ni se corta el pelo, y que además, dice que hay que acabar con esta reforma ya que las personas, y en concreto los ciudadanos españoles y su bienestar, está por encima de cualquier deuda comunitaria.
Podemos tiene muy claro que nunca podrá llevar a cabo sus propuestas en cuanto a la reestructuración o mancomunidad de la deuda (Ojo, ya no habla de quita o impago), si no elimina esta ley.
Aparentemente sería una de las primeras medidas que llevaría a cabo si ganara las elecciones generales. Apoyos desde luego no le van a faltar, y no hace falta irse muy lejos. El mismo Pedro Sánchez que en su día voto sí, ahora quiere votar no. Es decir, donde dije digo, digo Diego.
El líder de los socialistas ha explicado que en su día apoyó esta reforma porque parecía necesaria, aunque finalmente no lo fue. Sánchez también ha reconocido que este cambio se llevó a cabo de manera apresurada y sin un debate previo que hubiera resultado más que necesario.
A debate en el Congreso
Pese al esfuerzo de Pedro Sánchez, el artículo 135 tendrá que esperar para volver a ser reformado. La pasada semana el PP rechazó en el Congreso la propuesta de Izquierda Plural y del Grupo Mixto para replantearse la reforma constitucional que promovió el Gobierno socialista.
La reforma que promovían Izquierda Plural y el Mixto da "prioridad absoluta frente a cualquier otro gasto" al pago de los créditos presupuestarios para satisfacer la financiación necesaria que garantice la cobertura universal de los servicios públicos fundamentales y obliga a derogar todas las leyes derivadas de ese artículo, y en particular la Ley Orgánica de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera que aprobó después el Gobierno de Mariano Rajoy.
La proposición de ley fue rechazada por 139 votos a favor (PSOE, Izquierda Plural, UPyD, PNV, Mixto), 173 en contra (PP y Unión del Pueblo Navarro) y 13 abstenciones, las de CiU.