Con el rescate a Banco Espirito Santo, la crisis no ha terminado. El hundimiento del imperio de la ilustre familia portuguesa se ha llevado por delante al presidente y consejero delegado de Portugal Telecom, Henrique Granadeiro, que se ha visto obligado de presentar su dimisión.
Granadeiro fue el responsable de adquirir 900 millones de deuda a una de las
empresas del Grupo Espirito Santo, Rioforte, que se encuentra actualmente en concurso de acreedores por no poder asumir la devolución de los pagos. Una operación que ha sido calificado por el propio gobierno portugués de ‘inexplicable’, ya que la inversión estaba muy por encima de las posibilidades de la teleco y se producía cuando estaba comenzando a aflorar los problemas e irregularidades de los Espirito Santo.
La operación se entiende porque uno de los principales
accionistas de la compañía es Banco Espirito Santo, hoy convertido en un contenedor de activos tóxicos, con un 10%.
La decisión de Granadeiro ha puesto en riesgo la viabilidad de la compañía que tendrá que asumir fuertes pérdidas por sus vínculos con Rioforte. Las acciones de Portugal Telecom en menos de un mes ha perdido la mitad de su capitalización en bolsa. Ahora valen algo más de un euro dejando a la compañía en una valoración de1.200 millones, casi las pérdidas que deberá asumir en el futuro.
Granadeiro se ha despedido de los accionistas explicando que si no había dimitido antes era para proteger sus intereses y que lo hace después de dejar encarrilada la fusión con la brasileña Oi.
La debilidad financiera de Portugal Telecom ha provocado que prácticamente sea absorbida por Oi. La lusa tendrá un 25% de la compañía desde el 40% inicialmente acordado.