De los nueve indicadores de perspectivas que vigila la firma, seis mejoran, frente a tres que se deterioran con respecto al año pasado. Ahora bien, matiza, aunque la mayor parte de los mercados parecen estabilizarse y mejorar, "una combinación de controles macroprudenciales y barreras de accesibilidad limitan las previsiones de crecimiento".
A favor, los bajos tipos hipotecarios, el ascenso del PIB, el fortalecimiento del mercado laboral y de los precios apoyan el comportamiento de las hipotecas, pero cuando alguno de estos factores fallan, indican estos expertos, como sucede en Brasil, Sudáfrica o Singapur, las expectativas empeoran. El mejor horizonte lo tiene Europa, donde los periféricos de la Zona Euro siguen rebotando.
Asimismo, ante un encarecimiento de la vivienda (Fitch calcula que los precios nominales aumentarán en la mayor parte de países, aunque el ritmo de aumento no variará o lo hará muy poco), algunos reguladores están adoptando un enfoque para enfriar las valoraciones, "lo que limitará el crecimiento del nuevo crédito hipotecario", advierte.
Reconoce la firma que los controles macroprudenciales puede ayudar a contener los riesgos a largo plazo en relación con ciertos sectores, pero, por lo general, "no han compensado el impacto de los bajos tipos de interés".
Por otra parte, "con el ajuste monetario en curso (o que se espera en algunas regiones, esto es, Estados Unidos y Reino Unido), el ‘golpe’ de las posibles subidas de tipos será débil. Sin embargo, pueden afectar al rendimiento donde los tipos ya son bastante altos y el entorno macro es menos favorable, como en algunos mercados emergentes", explica.
Recordemos que en sus perspectivas para 2016, UBS destacaban, tras analizar distintas medidas de valoración de precios de la vivienda, que hay riesgo de corrección especialmente elevado en Londres y Hong Kong. Mientras que, por ejemplo, Zurich muestra un grado moderado de valoración; y las puntuaciones del mercado residencial neoyorquino indican una valoración razonable.
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