Sin conocerse los fondos definitivos, los Estados miembros han presentado, a un grupo de trabajo dirigido por Bruselas y por el Banco Europeo de Inversiones (BEI), alrededor de 2.000 proyectos cuyo coste asciende a 1,3 billones de euros. El Ejecutivo comunitario ante la avalancha de demanda ha dejado claro que no es seguro que los proyectos que están en esta lista vayan a financiarse con el plan Juncker, y que otros que no podrían obtener estos fondos.
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, ha señalado que España presenta proyectos para obtener unos 60.000 millones de euros de la inversión que prevé movilizar el plan Juncker, cuyo total asciende a 315.000 millones. La prioridad para el Gobierno, ha resaltado el ministro, son interconexiones energéticas, transportes e I+D.
Guindos ha señalado que el plan Juncker es una "iniciativa fundamental" de la nueva Comisión, pero ha reclamado ponerlo en marcha "con los tiempos adecuados, rápidamente y con eficacia". "Es una buena idea, una buena idea que lo importante es implementarla correctamente", ha indicado a su llegada a la reunión del Ecofin en la que se discutirá la lista de proyectos.
El plan de Juncker levanta poca confianza en Bruselas en las dos posturas enfrentadas de austeridad contra estímulos en las economías. Para los primeros, encabezados por Alemania, el plan debería ir vinculado a nuevas reformas antes de desbloquear las inversiones, y para los segundos, es un artefacto de ingeniería financiera que apenas logrará musculo suficiente para impulsar la economía.