"Es evidente que la tecnología ayudará a todo el apoyo transaccional, de research, análisis, etc, pero en el sentido de que habrá más medios y los inversores y ahorradores tendrán mucho aprendido antes de venir a buscar la confianza profesional", indican desde una entidad de banca privada nacional, donde aseguran, sin embargo, que "nos cuesta mucho creer que si se busca un asesoramiento para el futuro, la gente lo vaya a poner por completo en manos de una máquina".
Es la sensación de un sector que se ha visto abocado a adaptarse a los nuevos tiempos, con la irrupción en el mercado de las plataformas online de asesoramiento. "Creo que la tecnología no será capaz de suplir la confianza que le da al cliente tratar con una persona", insisten los expertos.
Pero es evidente que el "autoasesoramiento" ya existe desde hace tiempo. Y se extiende con la llegada de la avalancha regulatoria, como MiFID II, que está presionando los márgenes de las entidades, obligándoles a reducir costes a pasos agigantados. En Reino Unido, por ejemplo, los costes de la Retail Distribution Review (RDR), han obligado a algunas firmas a adaptarse al nuevo entorno, apostando por el desarrollo de ofertas de asesoramiento ‘low cost’. Entre otras, Hargreaves Lansdown o Blackrock, que recientemente anunció la adquisición de la firma de gestión de activos digital FutureAdvisor.
Otros gigantes como Fidelity o Aberdeen también han dado pasos en este sentido. La primera con la adquisición de la plataforma eMoney, y más recientemente, Aberdeen Asset Management se hizo con Parmenion Partners, que, aunque no es un ‘robo advisor’ como tal, sí permite a la firma ofrecer a los inversores las carteras que más se adecúan a sus necesidades según diversos criterios. Y las plataformas online quieren más. Y ya están empezando a buscar negocio en el segmento de clientes de banca privada.
Firmas como Money on Toast en Reino Unido han revelado ya planes para un nuevo servicio para clientes con más de 250.000 libras para invertir, ofreciendo un mix de asesoramiento on line y reuniones virtuales con los gestores y asesores. La firma de inversión Nutmeg también ha hecho público su interés en entrar en el negocio de asesoramiento.
La idea de estas plataformas se basa en el uso de algoritmos para diseñar carteras de inversión, según las respuestas (también on line) de los clientes a una serie de cuestiones. Esto permite, en principio, ofrecer asesoramiento a un mayor número de personas a un coste inferior.
Y las cifras avalan el desarrollo de los también conocidos como ‘robo advisors’. Según la consultora Aite Group, el valor de los activos administrados bajo estas plataformas se triplicará este año hasta los 60.000 millones de dólares, desde los 16.000 millones en el inicio de 2014.
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