Los inversores han querido hacerse con efectivo después de que China haya dicho que limitará el uso de bonos empresariales como garantía para los préstamos entre inversores. La venta de acciones ha llevado a que el Shangai composite viviera su mayor caída desde 2009 con un desplome del 5,4%. La medida que ha tomado la […]
Dirigentes Digital
| 09 dic 2014
Los inversores han querido hacerse con efectivo después de que China haya dicho que limitará el uso de bonos empresariales como garantía para los préstamos entre inversores. La venta de acciones ha llevado a que el Shangai composite viviera su mayor caída desde 2009 con un desplome del 5,4%.
La medida que ha tomado la China Securities Depository and Clearing Corp (CSDC) permite que únicamente sean aceptados aquellos bonos que ostenten las calificaciones más altas, con rating AAA. Esta decisión busca reducir la emisión de deuda de las empresas chinas, un extremo que podría ser perjudicial para una economía que comienza a mostrar signos de ralentización.
"Las nuevas normas sirven para prevenir los riesgos que pueden surgir de un crecimiento sostenido en base a una fuerte deuda en el mercado", explica Xu Hanfei, analyst at Guotai Jun’an en declaraciones a The Wall Street journal.
Los analistas estiman que la cantidad actual de este tipo de activos se situaría entre los 500 y los 700 millones de yuanes, que al cambio serían unos 113.000 millones de dólares.
Dudas sobre el crecimiento
Los objetivos marcados por el Gobierno chino en materia de crecimiento han sido cuestionados por el mercado y por analistas que observan datos que pueden llevar a no cumplir con las metas fijadas. En este sentido, este lunes la publicación de un débil dato de la balanza comercial no ayudó.
"Ayer el mercado ofreció cierta tensión al publicarse una Balanza Comercial china francamente débil en su composición (las importaciones entraron en contracción: -6,7%), a pesar de que el superávit ofrecido invitaba a pensar que las cifras eran buenas (54.470 millones de dólares en noviembre frente a 43.950 millones de dólares esperados y los 45.410 millones del mes anterior), pero en absoluto es así", explican los analistas de Bankinter. "Las cifras son flojas o muy flojas e invitan a pensar, como defendemos desde hace más de 1 año, que la economía china desacelera rápidamente y que puede sufrir una burbuja de activos, sobre todo inmobiliarios. En ese contexto, si se fuerza la entrega de crédito, como parece pretender el Gobierno, sólo se conseguirá un deterioro más rápido del deterioro de la calidad de los activos, agravándose el problema a medio plazo", añaden.