El desplome de las materias primas no ha pasado factura a todos por igual. Mientras que países como Venezuela o Noruega se han visto seriamente castigados por el desplome del crudo, China se ha beneficiado de materias primas menos costosas para sus industrias e importaciones más baratas. Según los cálculos de ex vicepresidente de Goldman […]
Dirigentes Digital
| 25 ene 2016
El desplome de las materias primas no ha pasado factura a todos por igual. Mientras que países como Venezuela o Noruega se han visto seriamente castigados por el desplome del crudo, China se ha beneficiado de materias primas menos costosas para sus industrias e importaciones más baratas.
Según los cálculos de ex vicepresidente de Goldman Sachs, Kenneth Courtis, China se habría ahorrado en torno a 460.000 millones de dólares al año con motivo de la caída del precio de las materias primas. En torno a 320.000 millones se deben a un petróleo más barato, aunque también a otras materias de energía, metales, carbón y productos agrícolas.
Estos ahorros se están sintiendo en toda la economía china, empujando a la baja o estabilizando los precios, desde la calefacción del hogar y la gasolina hasta el coste de las materias primas de las fábricas. Eso también impulsará los esfuerzos de China por abandonar su dependencia industrial y virar progresivamente hacia una economía de servicios y consumo.
"(Este ahorro) se ha notado en unos precios al consumidor más bajos y en que las familias pueden comprar más cosas", opinaba Louis Kuijs, jefe de Economía de Asia de Oxford Economics en Hong Kong y ex economista del Banco Mundial en Beijing a Bloomberg. "Las empresas manufactureras habrían tenido peores beneficios si no hubiera sido por los bajos precios de las materias primas", añadía.
Según el Ministerio de Comercio de China, el país ahorró 188.000 millones de euros en costes de importación de una cesta tipo de 10 productos, desde petróleo hasta soja y gas natural. "Eso reduce significativamente los costes de las empresas nacionales y mejora la eficiencia", comentó un portavoz del ministerio.
Ayudada por una inflación a la baja, la caída de los productos de los productos básicos ha dado también a los responsables chinos más espacio para flexibilizar la política monetaria y así apoyar el crecimiento económico, que ha registrado su peor dato en 25 años. Además, un coste menor a la hora de importar ayudó a incrementar el superávit comercial del país, hasta los 594.500 millones de dólares el año pasado, lo que ha ayudado a mitigar las salidas de capitales que están presionando al yuan.