Los últimos años de crisis han reducido los intentos de los trabajadores para realizar aportaciones para su jubilación al mínimo exponente, especialmente teniendo en cuenta que el salario del trabajador español medio es uno de los más bajos de la OCDE.
Pero la formación y el acceso a planes de empleo se torna vital en un entorno demográfico como el actual. Ángel Martínez-Aldama, presidente de Inverco, explica que "en países como Holanda, Suiza o Suecia este ahorro es obligatorio. Otros apuestan por un ahorro ‘semiobligatorio’, como Reino Unido, donde el trabajador es incorporado a un sistema de pensiones en la empresa, salvo que diga lo contrario". A su juicio, se trata de impulsar el sistema de empleo sin dejar de lado el individual, "creando un sistema privado más desarrollado y fuerte para complementar el sistema público que, por cuestiones demográficas, no va a poder dar más de sí".
Un reciente estudio de la aseguradora Aegon pone de manifiesto el largo camino que queda por andar en este sentido. A través del Índice de Preparación para la Jubilación que elabora la entidad desde 2012, trata de evaluar el nivel de preparación para la jubilación entre los trabajadores. Y entre todos los países analizados, con puntuaciones del 1 al 10, España saca solo un 5,1, situándose entre los países menos preparados para la jubilación de los 15 valorados.
"Cada vez somos más conscientes de la importancia del ahorro para la jubilación. Resulta significativo que más de la mitad de los ciudadanos valoren positivamente la inclusión de la previsión social en sus empresas ", explica Jaime Kirkpatrick, Consejero Delegado de Aegon España.
Es un hecho. El estudio refleja cómo los planes de pensiones con contribución de la empresa serían bienvenidos en cinco de cada 10 casos. Y los españoles también se muestran interesados en aquellos productos que no cuentan con el apoyo financiero de la compañía. De hecho, el 42% también valora de forma positiva los planes de pensiones sin contribución cuando optan por una empresa.
Potenciar la cultura financiera
A pesar de esta positiva visión, la práctica es mucho más negativa. "Si analizamos los productos que las empresas ponen a disposición de los empleados, tan sólo el 21% de trabajadores confiesa tener un plan de pensiones con contribución de la empresa. Se obtiene una cifra aún menor (16%) cuando el plan de pensiones no cuenta con el respaldo de la compañía", explican dede Aegon.
De hecho, los agujeros en el desarrollo del sector son muchos. Especialmente en el factor clave de la formación. El informe detalla cómo cuando se pregunta a la gente qué beneficios para la jubilación ofrece su centro de trabajo, solo el 14% de los trabajadores dice que su empresa tiene una página web interna o un administrador de planes de pensiones. Y aún son menos las empresas que facilitan materiales de formación (13%), reuniones personales con asesores (8%) o instrumentos online para crear modelos de jubilación (8%).
Cabe señalar que la mayoría de los trabajadores españoles reciben de sus empresas los beneficios mínimos, como vacaciones pagadas, salario básico y un lugar de trabajo cómodo. Sin embargo, son contadas las que ofrecen planes de jubilación con aportaciones de la empresa (21%), planes de jubilación sin aportaciones de la empresa (16%) o planes de compra de acciones (15%). "El Gobierno, junto con las empresas, debería acabar con esta importante barrera al ahorro para garantizar que todos los trabajadores estén suficientemente preparados para sus años de jubilación", indican desde la aseguradora.
"Existe un claro defícit entre las necesidades de los ciudadanos en materia de previsión social y los beneficios sociales de la empresa. Debemos entender que las compañías tenemos un papel fundamental en la sociedad y no podemos obviarlo. Nuestros trabajadores son activos fundamentales de nuestra actividad empresarial y, por ello, debemos facilitarles todas las herramientas posibles para que puedan planificar correctamente su ahorro a largo plazo", añade el CEO de Aegon.
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