Qué significa una Fed más hawkish para los mercados

Si a la hora de hablar del petróleo, "exceso" es la palabra, en lo que respecta a la Fed, los "datos" lo son todo. Y este viernes tenemos el primero: el PIB del segundo trimestre, ha arrojado un crecimiento del 2,3% frente al 2,6% esperado, sin embargo, el dato anterior se revisa al alza desde una contracción del 0,2% hasta un repunte del 0,6%.

Desde el Departamento de Análisis de Bankinter opinan que cualquier cifra por debajo del 3% "debería ser considerada como ‘floja’ y traducirse en un aumento de la probabilidad de que la primera subida de tipos no sea tan inmediata", concluyen.

Al mismo tiempo, Barclays añade: "Creemos que los datos van a apoyar un inicio en septiembre de las subidas de tipos". Ahora bien, matiza, "si los datos se debilitan, o si las incertidumbres internacionales empeoran, la Fed podría elegir la precaución y retrasarlo".

Por su parte, Renta 4 sigue esperando que este movimiento se produzca "después del verano, no siendo tan relevante si es en septiembre u octubre (dependerá de los datos que conozcamos de aquí a entonces), sino que lo más importante es que dicha subida será gradual y moderada. El nivel de llegada de los tipos de intervención se sitúa en torno a 3,70% frente a anteriores ciclos monetarios en los que los tipos han llegado a niveles entre el 5,25% y el 6%".

La Fed quiere esperar a los datos, no precipitarse y asegurarse de que la economía será capaz de aguantar el endurecimiento, pero tampoco desea quedarse atrás y, sobre todo, busca no sorprender al mercado.

En este sentido, estos últimos expertos señalan que mientras "las subidas confirmen estas previsiones, las Bolsas deberían mantener un buen tono de fondo (sin descartar volatilidad puntual) en la medida en que este movimiento responde a una normalización monetaria ante una significativa mejora de la economía americana".

Sin embargo, Capital Economics cree que la autoridad monetaria será más agresiva, y no descarta que el precio del dinero se incremente dos veces este año (en septiembre y en diciembre). "Y esto va a fortalecer al dólar y a aumentar las rentabilidades de la deuda estadounidense", afirman.

Por el contrario, esperamos que las yields de Japón y Alemania se mantengan a la baja en un contexto de flexibilización monetaria mayor. "Mientras tanto, creemos que Wall Street continuará ‘luchando’ en medio de una reducción de los márgenes de beneficio, por lo que vemos más oportunidades en la renta variable de la Zona Euro y en la nipona, ante el debilitamiento de euro y yen. Finalmente, la mayor parte de los activos emergentes capearán bien la subida de tipos, al tiempo que las grandes caídas en los precios de las materias primas en buena parte han quedado atrás". 

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