Víctor Alvargonzález, director de inversiones de Tressis, tiene claro que el programa de quantitative easing no solo beneficiará a los activos de renta variable europea, que es su principal apuesta para el primer semestre del año. Sino también a la renta fija. "La diferencia con la renta variable es que lo que tiene que comprar el BCE son 60.000 millones de euros todos los meses, y aunque la operación esté descontada, al final, las compras hay que hacerlas", explica, recordando además que el mercado europeo es bastante pequeño para el tamaño del QE.
"El BCE va a comprar 1,1 billón de euros, y esto hará que las empresas europeas se encuentren con los costes de financiación más bajos de la historia, lo que se traduce en un buen escenario para la renta fija", asegura el experto. Nestlé es solo uno de los ejemplos de compañías que ya emiten a tipos negativos.
Esta reducción de costes mejorará la calidad crediticia de las empresas y, por tanto, el precio de sus bonos. Pero no solo el BCE actuará como ‘mano fuerte del mercado’ de deuda corporativa. Desde Tressis también apuntan a una tendencia cada vez mayor en la que las compañías de seguros y los planes de pensiones se acercan a los bonos con menor calificación, ante la necesidad de asumir más riesgo.
Riesgos
A pesar de mostrarse positivos con este tipo de activos, la firma tiene claro que hay que ser muy selectivos, especialmente ante posibles riesgos como la posibilidad de que las valoraciones de los bonos se vean afectadas si la economía global sale de la tendencia deflacionista.
Desde Tressis recuerdan que en renta fija se puede ganar dinero por dos vías: el cupón o las plusvalías. "Aunque lo normal es que el inversor particular vaya a cobrar la renta (cupón), ahora es el momento de ganar dinero vía plusvalía del bono, gracias al proceso deflacionista que vive Europa". El experto aconseja además tener muy presente el impacto de la rentabilidad real en este tipo de carteras. "Si un bono da un 0% de rentabilidad, pero el IPC cae anualmente un 1,2%, tu poder adquisitivo es del 1,2%".
A su juicio, el gran reto de los gestores no será estar o no en renta fija europea, sino el timing de salida, saber hasta cuándo". Especialmente en categorías como el high yield, donde "la puerta de salida es muy pequeña" y puede haber problemas de liquidez.
Aunque menos optimistas en este mercado, desde Banca March también consideran que queda algo de recorrido en las referencias a largo plazo de España, Italia y Portugal, "por el efecto de aplanamiento de las curvas que tendrá la entrada del BCE en el mercado de la deuda".
En su último informe mensual, estos expertos advierten que "los bajos niveles de los diferenciales de los bonos emitidos por empresas hacen que sus precios sean muy sensibles a los movimientos de las curvas de base, es decir, las rentabilidades de los Estados, especialmente en el caso de los bonos de máxima calidad crediticia, que cotizan en niveles muy similares, y a veces incluso inferiores, a los de los Estados".
Al contrario que Tressis, desde Banca March apuntan a que los activos de menor calidad, o high yield, "sí ofrecen un mejor diferencial con respecto a los tipos de los Estados, especialmente en un momento en el que la tasa de quiebras es muy baja". Y recomiendan los plazos cortos y carteras muy diversificadas.
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