En el sector financiero se espera una nueva oleada de fusiones. Tras la desaparición de las cajas ahorro, el mapa bancario de España ha quedado dividido entre grandes grupos bancarios formados por
Santander, BBVA, CaixaBank y Bankia y la banca mediana. Se espera que tarde o temprano, los peces grandes engullan a los más pequeños.
Las presas más propicias serían Kutxabank, Unicaja, Ibercaja, Abanca, BMN y Liberbank. Pero tras la temporada de resultados, en la que se esperaba que cayeran a plomo sus márgenes y se viera dañada su solvencia, siguen resistiendo el complejo escenario de tipos bajos. "Estos bancos apenas tienen presencia nacional y operan en tres o cuatro regiones diferentes", describen los analistas de Fitch para señalar la escasa cuota de mercado que manejan, "sin embargo, tienen fuertes vínculos con y buenas posiciones de mercado en créditos y depósitos en sus provincias de origen".
Los expertos también subrayan la calificación crediticia de estas entidades que se sitúan en BB, aunque Unicaja y Kutxabank tienen triple B. "Esperamos que durante 2016 se centren en fortalecer balance desprendiéndose de activos problemáticos y emitiendo deuda para reforzar capital", ante los mayores requerimientos regulatorios.
A pesar de destacar que los resultados de estas entidades durante 2015 han sido favorables, gracias a la disminución del coste de financiación y a la mejora del deterioro crediticio de los activos; Fitch advierte que la
rentabilidad podría debilitarse en 2016, debido a las
tasas de interés persistentemente bajos, menores ingresos por operaciones de carry trade y por el costo de los activos por impuestos diferidos garantizados.
Los analistas apuntan que esta circunstancia pondrá en dificultades a este grupo de entidades, con lo que puede "ser un catalizador potencial de consolidación". Y añaden que "la calidad de sus activos mejoran, pero siguen siendo débiles, la cobertura crediticia son razonables, pero llevará tiempo que los activos adjudicados generen rentabilidad".
Los bancos con una capitalización más fuerte, con ingresos diversificados y menor tamaño de activos problemáticos resistirán a corto plazo las presiones para comenzar un proceso de fusión, concluyen los expertos.