Los expertos económicos más reputados del país coinciden en darle la razón al Gobierno en sus previsiones para la economía española. Tanto el ministro de Economía, Luis de Guindos, como el presidente del Gobierno, han repetido en los últimos meses que el crecimiento del PIB estará muy cerca del 3%.
El panel de previsiones de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas)ha revisado 5 décimas porcentuales al alza su previsión de crecimiento para 2015, hasta el 2,%. La misma tasa de crecimiento se espera para 2016. Las estimaciones se sitúan sensiblemente por encima de las previsiones de los organismos internacionales y del propio cuadro macroeconómico del Gobierno que se sitúa alrededor del 2%.
Según la casa de análisis, el avance del PIB en 2015 provendrá enteramente de la demanda interna, ya que la aportación del sector exterior será nula. El consumo privado crecerá un 2,9% y la inversión en construcción un 2,8%. Los analistas esperan una aportación de la demanda interna de 2,5 puntos porcentuales, mientras que la demanda externa añadirá otra décima porcentual al crecimiento de la economía. El año próximo el avance de la inversión en construcción se acelerará hasta el 3,8%.
También ha revisado al alza la tasa de crecimiento del empleo y a la baja la tasa de paro. En el primer caso, la ocupación crecerá un 2,3% en 2015 y un 2,2% en 2016. Mientras, la tasa de desempleo bajará hasta el 22,5% en media anual este ejercicio y seguirá cayendo hasta el 20,9%, el próximo ejercicio.
Por su parte BBVA, estima que la economía española está creciendo a un ritmo del 0,9% trimestral, según "la tendencia de las variables observadas indica que la recuperación de la economía española prosigue en 2015".
La mejora de la actividad continúa estando marcada por la intensificación de la creación de empleo lo que, probablemente, seguirá presionando a la baja a la productividad aparente del trabajo en el corto plazo, indica un documento reciente.
La evolución positiva de la demanda nacional (principalmente, la privada) se está prolongado durante el primer trimestre del año, y se apoya en las políticas fiscal y monetaria, el abaratamiento del precio del petróleo y la reducción de la incertidumbre. Además, también existen factores estructurales que incentivan el gasto, entre los que destacan la corrección de los desequilibrios internos y algunas de las reformas acometidas. La firma de análisis prevé que al final de año el incremento del PIB sea del 2,7%, así como en 2016," un ritmo que permitirá una creación neta de empleo próxima a 1.000.000 puestos de trabajo y reducir la tasa de paro hasta cerca del 20% al final del periodo".