En plena reestructuración financiera del sistema financiero, CaixaBank está aprovechando para tomar la delantera en todos los segmentos del sector bancario. La última adquisición, el negocio minorista de Barclays España, la entidad presidida por Isidro Fainé añade a su base de clientes 550.000 más, 270 oficinas y 2.400 empleados a su plantilla. El volumen de […]
Dirigentes Digital
| 02 sep 2014
En plena reestructuración financiera del sistema financiero, CaixaBank está aprovechando para tomar la delantera en todos los segmentos del sector bancario. La última adquisición, el negocio minorista de Barclays España, la entidad presidida por Isidro Fainé añade a su base de clientes 550.000 más, 270 oficinas y 2.400 empleados a su plantilla. El volumen de activos crece un 6% hasta 358.500 millones. La operación le permite a la entidad consolidarse como líder en la banca minorista recuperando el primer puesto en créditos a la clientela, que le fue arrebatado por BBVA con la adquisición de Catalunya Banc. Suma 209.000 millones, resultado de los 191.000 millones que tenía a junio de 2014 más 18.000 millones de Barclays. Por detrás se sitúa BBVA con 208.000 millones y Santander con 164.000 millones.
En el segmento de depósito y activos bajo gestión aumenta la diferencia respecto a sus más directos perseguidores. A junio acumulaba 242.000 millones crece en 15.000 millones con la aportación de Barclays. Santander se queda en 237.000 millones y BBVA en 236.000 millones. Por encima de las grandes cifras que hace crecer el volumen de negocio, la compra es un paso estratégico para hacerse con más de medio millón de clientes de rentas altas, en los que estaba focalizado Barclays en España. CaixaBank gana 4.100 de clientes de banca privada y 132.000 de banca personal. Antes de la operación era la entidad española con mayor penetración entre la clientela, pero ahora aumenta la brecha respecto a los competidores directos con una cuota del 23% frente al 14% de BBVA y 11% de Santander.
Además, la entidad catalana gana presencia en Madrid con la incorporación de 95 oficinas que como reconoció el consejero delegado, Gonzalo Gortázar, es una región especial atractiva. El dirigente anunció que para finales de año la operación estará cerrada tras las aprobaciones regulatorias y en el segundo trimestre tener totalmente integrada el negocio de Barclays. Gortázar espera que en 2016 la contribución al beneficio neto del conjunto del grupo ascienda a 80 millones de euros, gracias al menor coste de los depósitos de clientes, aumento de ingresos por comisiones y al crecimiento de la red comercial y ampliación de la gama de productos.
Si se respeta los planes previstos de la integración se realizará en un tiempo record. En cinco o seis meses se habrá completado, el dirigente presumió de la experiencia en estos últimos años en integraciones. Caixabank apenas empleó seis meses para integrar Banco de Valencia y Caixa Girona y un año una entidad de un tamaño considerable como Banca Cívica que estaba formada por Caja Navarra, Caja Canarias, Caja de Burgos y Cajasol.
Como en casi todos los casos en este tipo de operaciones, CaixaBank tendrá que afrontar despidos y cierre de oficinas para ganar eficiencia y evitar duplicidades para alcanzar los 150 millones en sinergias que tiene estimado. La entidad anunció que los costes de reestructuración ascenderán a 300 millones pero no ofreció más detalles. Desde CaixaBank explican que es pronto para tener diseñado un plan, ya que la operación no es oficial hasta que no se tengan el visto bueno por parte de los reguladores a final de año. Y recuerdan que el negocio minorista de Barclays está enfocado en gran parte en la gestión patrimonial que se complementa perfectamente con CaixaBank, por lo que interesa el perfil de profesionales que ya están gestionando las carteras de los actuales clientes. El año pasado Barclays realizó un ERE para reducir la plantilla que afectó a 890 trabajadores sobre un total de 3.350 empleados que tenía en España.
Barclays entró en España en 2003 con la compra de Banco Zaragozano por unos 1.100 millones. Actualmente, la entidad británica tenía valorada su filial en libros en 1.700 millones. La operación se ha cerrado en 800 millones un desfase que impactará directamente en la cuenta de resultados de la matriz. A estas pérdidas Barclays le tiene que sumar las pérdidas acumuladas desde 2011 que ascienden a 681 millones.