Tras el levantamiento de gran parte de las sanciones que Irán soportaba desde hace años, el país busca aumentar su industria energética. El país ya ha incrementado su producción petrolera, que antes de las sanciones alcanzaba los cuatro millones de barriles diarios y se redujo a la cuarta parte, hasta los dos millones de barriles […]
Dirigentes Digital
| 09 jun 2016
Tras el levantamiento de gran parte de las sanciones que Irán soportaba desde hace años, el país busca aumentar su industria energética. El país ya ha incrementado su producción petrolera, que antes de las sanciones alcanzaba los cuatro millones de barriles diarios y se redujo a la cuarta parte, hasta los dos millones de barriles al día según el ministro del Petróleo, Bijan Zanganeh. Irán reabre ahora sus puertas a inversores de todo el mundo para renovar sus anticuadas infraestructuras; un tema al que DIRIGENTES dedica la portada de su revista de junio.
Entre algunas de estos nuevos proyectos, en concreto de la industria petrolera, Irán busca iniciar la construcción de un nuevo complejo de refinería en la costa del Golfo Pérsico. La empresa impulsora del proyecto, Siraf Infraestructuras de Refinería, ha anunciado que emitirá una licitación dentro de dos o tres meses, para la que ya han mostrado interés varias compañías e inversores procedentes de Japón y Corea del Sur, según declaró el director general de Siraf, Alireza Sadeghabadi.
Siraf producirá nafta, un condensado similar a la gasolina utilizado en las plantas químicas. El proyecto, según explica Bloomberg, consistirá en un complejo de ocho plantas, cada una con una capacidad de 600.000 barriles de condensado. Las refinerías comenzarán a funcionar dentro de unos tres años, aunque según Sadeghabadi alcanzarán su producción máxima dentro de cuatro.
El director general de la compañía ha confirmado que los países más interesados en invertir en el proyecto provienen de Asia. De hecho, las plantas se dirigen a satisfacer la creciente demanda de petróleo refinado en Asia y buscará suministrar a los fabricantes químicos de Japón y Corea del Sur.
Irán planea aprovechar la reciente apertura a los mercados que le habían cerrado las puertas tras las sanciones para desarrollar una importante industria de productos químicos con la que desarrollar bienes más avanzados para atraer más ingresos que con las materias primas. Según Sadeghabadi, esto es justo lo que pretende hacer Siraf: convertir el nafta en un producto final para así crear productos destinados a la exportación con un mayor valor añadido.