2014: el año de los bancos centrales y la caída del crudo

Mucha renta variable española y poca renta fija. Era el mantra que los analistas aconsejaban seguir cuando a finales de 2013 presentaban sus previsiones de inversión para este año. Y nada más lejos de la realidad. Primero la crisis de las divisas en los países emergentes y después los conflictos geopolíticos y las diferentes políticas monetarias han hecho mella en todas las perspectivas de los expertos. Por no hablar del parón económico sufrido en Europa.

La fuerte subida que el Ibex 35 registró en 2013 auguraba un 2014 también brillante para el parqué nacional. Pero las previsiones no se han cumplido, con una subida del 5,7% a falta de solo tres sesiones para cerrar el año. En diciembre de 2013, los más cautos preveían para este año una subida del 11% en el Ibex. Los más optimistas la situaban en el 21%. De todas las previsiones, una de las menos erradas es la de Cortal Consors, que veía al Ibex a finales de año en 10.700 y aun así, el selectivo tendría que subir un 3% para alcanzar ese precio objetivo.

Un año de luces y sombras

Para los mercados financieros, la primera mitad del año fue bastante mejor que la segunda, sobre todo en Europa, dónde el balance general del ejercicio arroja subidas por debajo de lo que el mercado habría esperado hace unos meses. "El miedo al enfriamiento económico en el Viejo Continente llevó a cotizar una posible triple recesión durante el mes de octubre, y ha eclipsado en buena medida el cambio radical de actitud del BCE durante la segunda mitad del año", explica Daniel Pingarrón, analista de IG.

La tensión aparecida con los activos rusos también ha enfriado las fuertes expectativas ante un posible programa de quantitative easeing (QE) por parte del organismo presidido por Mario Draghi, borrando la esperanza de los inversores de cerrar 2014 en máximos anuales. Los expertos de IG resumen en 7 puntos las claves que han marcado este año de idas y venidas en los mercados.

1. El año empezó con un fuerte desplome de las divisas y de los mercados de los países emergentes, quedando patente que éste no iba a ser su año. Tan sólo la Bolsa India ha tenido un comportamiento sobresaliente, al subir más de un 30% y batir claramente a los mercados occidentales.

2. En marzo comenzaba el conflicto entre Rusia y Ucrania, el acontecimiento geopolítico más importante de todo el año, y que ha tenido importantes derivadas y consecuencias en los mercados financieros.

3. Las acciones de los bancos centrales han sido más contundentes de lo que se podía esperar. La FED redujo paulatinamente el QE3, sin que los activos americanos (a excepción del Dólar), se hayan resentido de manera visible. En Europa, el BCE cambió diametralmente su pasividad a partir de junio, alarmado por el proceso desinflacionista que vive la Eurozona, y anunció varias medidas destinada a ampliar su balance y la liquidez en la Eurozona, que tampoco tuvieron un impacto demasiado apreciable en la Bolsa europea, pero sí en la rentabilidad de la deuda y en el Euro (a su vez, muy favorecidas por la inflación decreciente). El Banco de Japón también ha superado recientemente las expectativas que había sobre él, anunciando por sorpresa nuevas acciones expansivas que venía posponiendo desde mayo.

4. El desplome del precio del petróleo y de la mayoría de materias primas en la segunda mitad del año ha llegado a tensionar los mercados, en lugar de haber motivado subidas por las implicaciones tan positivas que tiene en las economías occidentales.

5. En divisas, el ganador (en contra de su voluntad) ha sido el Dólar americano. La Libra Esterlina también ha completado un año alcista, mientras que el Euro, el Yen, el Dólar Australiano y las divisas de los países emergentes, se han depreciado con mayor o menor claridad. En la última parte del año, las divisas propias de países exportadores de crudo, como el Peso Mexicano o la Corona Noruega, también han sufrido.

6. A nivel macroeconómico, hemos tenido a la economía americana acelerándose (tras un primer trimestre muy negativo, golpeada por los factor climáticos), mientras que la europea, japonesa y las emergentes, han ido de más a menos (aunque el último trimestre parece ser mejor que el tercero).

7. A nivel micro, las empresas cotizadas americanas han presentado resultados empresariales por encima de lo esperado, y han registrado crecimientos del beneficio por acción interesantes, pero por debajo de lo que han marcado las cotizaciones de sus títulos, llevando a la Bolsa americana a niveles de cierta sobrevaloración. En Europa, los beneficios empresariales (y las cotizaciones) han crecido a un ritmo más moderado. Los procesos de fusiones y las salidas a Bolsa (Alibaba, la mayor de la historia), también han dado alegrías a este respecto.

2014 ha constituido el sexto año consecutivo en el que las Bolsas americanas tienen un mejor comportamiento que las europeas. También constituye el segundo año seguido en el que el Ibex 35 se ubica a la cabeza de las Bolsas del Continente. "El año que está a punto de terminar también nos ha dejado un descenso de la volatilidad", recuerda Pingarrón. "En el Ibex 35, por ejemplo, la diferencia entre los máximos y los mínimos alcanzados en el 2012 fue de más de un 50%; en el 2013, más de un 30%, y en este 2014, la diferencia entre los 9.400 puntos registrados el 16 de octubre, y los 11.200 del 19 de junio, es inferior al 20%. El mes de octubre fue el más volátil con diferencia".

 

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