Las mayores pérdidas se las anota Bankia, con una caída en 2016 que se acerca ya al 30% y que sitúa su cotización en 0,77 euros (a cierre del martes). En total, ha perdido 3.500 millones de euros de capitalización este año. Una cifra que se queda pequeña frente a los 17.000 millones que se han esfumado del valor de mercado de Santander al pasar su cotización de 4,55 euros a cierre de 2015 hasta los 3,38 que ronda actualmente. A finales del pasado año, el gigante bancario valía unos 65.800 millones en Bolsa. Hoy, esa cifra se ve reducida a 48.788 millones de euros.
Con pérdidas superiores al 20% en el año también se sitúan CaixaBank y BBVA. E incluso valores que habían resistido en las últimas semanas, como Sabadell, acumulan ya caídas del 13% en 2015, tras perder 1.147 millones de euros de capitalización.
Los expertos de Andbank insisten en la incongruencia que supone que, tras un 70% de caída en el petróleo en solo 18 meses, los bancos hayan caído más que las propias empresas energéticas. "¿Cómo pueden caer los bancos entre el 12% y el 18% (en USA, Japón y Europa), considerando que los grandes bancos (p.e europeos) han aumentado beneficios en un 33% promedio (ajustado por efecto de los outlayers)?", se preguntan. "¿Cómo se puede entender que Deutsche Bank, Standard Chartered o Banco Santander repitan cotizaciones del 2009 a pesar de los 7 años de incontables inyecciones recibidas por los bancos centrales?", insisten.
Entre otros motivos, los expertos señalan que los resultados bancarios siguen sin sin proyección, ante unos tipos negativos del BCE que estrechan aún más los márgenes de los bancos, "y la regulación post-crisis financiera 2008 (exigiendo mayor liquidez y mayor capital), que simplemente hacen de las líneas de negocio pre-crisis algo no rentable a día hoy". Aseguran que "los bancos han sido muy lentos en explorar nuevas líneas de negocio (ahora pagan el precio)".
Desde Banca March recuerdan que en los últimos días, en la parte de deuda corporativa, han sido precisamente estas empresas financieras las que más han ampliado recientemente con los diferenciales de la deuda senior, subiendo desde niveles de +90 puntos básicos en que cerraban el mes de enero a cerca de +130. En deuda financiera de mayor riesgo, el impacto ha sido aún más acusado, pasando de los +200 puntos aproximadamente que cerraba el mes de enero a los cerca de +300 puntos en que se sitúa actualmente.
Dos han sido las razones fundamentales por las que se ha visto afectado el crédito de los bancos. "Por un lado, las dudas del mercado acerca de la capacidad de las entidades financieras para generar márgenes en un entorno de tipos de interés bajos e incluso negativos, y por otro lado el impacto indirecto que pueda tener en los balances de los bancos la actual situación de los precios de la energía y las materias primas", indican desde la firma.
En este sentido, recuerdan cómo algunas casas globales estiman en base a una serie de hipótesis unas pérdidas potenciales en préstamos al sector energético de $27bn para los bancos cotizados en Europa (en torno a un 6% de los beneficios antes de impuestos asumiendo un plazo de 3 años), "lo que no debería suponer un problema importante para la capitalización del sistema bancario".
Sin embargo, consideran que teniendo en cuenta otro tipo de ramificaciones, como puede ser la financiación a empresas dedicadas a trading de materias primas, "la exposición podría superar los $200bn, en cuyo caso podría suponer un riesgo de cola importante para los beneficios de los bancos", aunque es muy prematuro considerar que dicho riesgo podría materializarse de forma significativa en el corto plazo.
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