La importancia de los planes de pensiones privados es un hecho. Y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) lleva años haciendo recomendaciones a los países para que incentiven este tipo de ahorro a largo plazo entre sus ciudadanos. En un documento actualizado a finales de 2013, la institución marcó una hoja de ruta con algunos puntos clave para ayudar a los países a fortalecer sus modelos de pensiones privados.
Algunas de las recomendaciones son en general para todos los países, pero hay otras específicas para ciertos casos en los que podría tener cabida España. Estas son dos de las que España no ha logrado cumplir y otras dos que sí ha seguido a rajatabla.
. Mejorar el diseño de incentivos para el ahorro de cara a la jubilación, sobre todo en los países donde la participación y contribución a los planes privados es voluntaria. Sin duda el caso de España. Aquí, la OCDE recomienda que se elabore una estructura de incentivos fiscales apropiada como mecanismos para animar la participación en los planes privados. Y nada más lejos de la realidad. La fiscalidad de los planes se mantiene sin cambios con la reforma fiscal. Las aportaciones mantienen su desgravación y el rescate tributa como rendimiento del trabajo. La única novedad es que desde 2015 el límite único de aportación anual a planes de pensiones es de 8.000 euros por partícipe, independientemente de la edad del mismo.
. Promover instrumentos de ahorro para la jubilación de bajo coste. La única novedad en la reforma fiscal en lo que se refiere a este punto son los conocidos como Plan de Ahorro Cinco. Y ni siquiera se puede decir que incentiven el ahorro para la jubilación. En primer lugar, porque limitan su plazo a 5 años, muy lejos del concepto de largo plazo que manejan en sus carteras los gestores de otros productos como fondos de inversión o de pensiones.
Estos productos pueden ser un seguro de vida (Seguros Individuales de Vida a Largo Plazo) o un nuevo tipo de depósito bancario (Cuentas Individuales de Ahorro a Largo Plazo). Y el cliente deberá elegir cuál de los 2 prefiere. La OCDE cree también que en algunos mercados el problema de los costes puede abordarse creando grandes planes de pensiones y que sean gestionados sin ánimo de lucro. Pero eso ya, parece más difícil de conseguir.
No han sido del gusto de los gestores, ni mucho menos. Ni tampoco de la OCDE, que en su última revisión sobre España en septiembre señalando la creación de estos planes y la equiparación del tratamiento de las plusvalías, el rendimiento de los depósitos y otras rentas del capital. "El Gobierno debería controlar estrictamente estos incentivos, dado que suelen beneficiar a los hogares con rentas más altas y en cualquier caso podrían traducirse en una mera sustitución de un instrumento por otro, en lugar de incrementar el volumen total de ahorro", explican en su hoja de ruta.
. Desarrollar instrumentos con información apropiada y cobertura de riesgos para afrontar el riesgo de longevidad. La OCDE recomendaba en este sentido que los Gobiernos emitiesen bonos indexados a la longevidad. Es decir, renta fija a muy largo plazo para convertir esos activos en aptos para los planes de pensiones. España sí ha hecho caso a la recomendación y a principios de septiembre lanzó la primera emisión de deuda a 50 años de su historia.
. Asegurar una comunicación efectiva y afrontar el problema de la falta de cultura financiera y concienciación. En este caso, la administración sí se ha puesto manos a la obra con el envío de cartas personales desde Hacienda con la vida laboral más detallada a sus ciudadanos y, para los mayores de 50 años, otra misiva con una estimación de la pensión que tendrá al jubilarse.
hemeroteca