"Tenemos indicios de que este individuo puede tener inclinación hacia el terrorismo islamista, pero no lo podemos decir de forma concluyente", ha asegurado el agente del FBI Ron Harper, que ha insistido en que se están buscando todos los ángulos. Con los primeros disparos, el club ha colgado un mensaje de alerta en su perfil de Facebook: "Que todo el mundo salga de Pulse y eche a correr".
Sobre el atacante, la Policía solo ha precisado que "no era de la zona" y estaba armado con un fusil de asalto y con un "artefacto" del que no han dado más detalles. Según los investigadores, que han participado en una conferencia de prensa, el sospechoso tomó como rehenes a parte de los clientes del local y se enfrentó a tiros con nueve policías. La Policía de Orlando ha hecho varios llamamientos a los testigos para que se acerquen a la comisaría local y a cualquiera que pueda aportar pistas para que se ponga en contacto con el FBI. "Este crimen tendrá un grave efecto en la comunidad", ha lamentado el alcalde, Buddy Dyer.
El autor de los disparos irrumpió en el local en torno a las dos de la madrugada de este domingo (ocho de la mañana hora peninsular española) y ha provocado una situación de caos e incertidumbre que se ha prolongado durante horas. La policía ha pedido apoyo a cuerpos locales, estatales y federales.
En torno a las cinco de la madrugada se ha escuchado una explosión. La Policía de Orlando ha precisado a través de su cuenta de Twitter que se trataba de una "detonación controlada" por ellos. Hasta el lugar se ha desplazado un negociador y se ha dispuesto un fuerte dispositivo de seguridad, con ambulancias y patrullas de policía. Según testigos presenciales, parte de los heridos han sido distribuidos por los hospitales de la zona en función de su gravedad. 42 de ellos han sido trasladados al Centro Médico Regional de Orlando.