En concreto, el aumento en las ventas de mercancías nacionales a China supone casi un 2% de las exportaciones totales en España, con 4.438 millones de ingresos por esta vía en la balanza comercial de 2015.
En la actualidad, el gigante asiático ocupa el puesto número 12 en la clasificación general de países a los que España exporta y el cuarto lugar en el ranking por países no pertenecientes a la Unión Europea (UE), por detrás de Estados Unidos, Marruecos y Turquía.
Para Adrián Díaz, socio de SedeenChina, "aunque este crecimiento hay que tenerlo en cuenta, es necesario que España y sus empresarios salgan de la zona de confort que supone la UE y el Mediterráneo y se animen a explorar mercados más grandes como el chino".
En este sentido, Díaz apunta que "los tratados de libre comercio a nivel mundial demuestran que el mundo camina hacia una ‘des-hermetización’ de los estados" y destaca que los productos españoles han de embarcarse en este mercado global porque "tienen calidad suficiente para competir en cualquier sector si permitimos que lo hagan en igualdad de condiciones".
Por comunidades autónomas, Cataluña es, con diferencia, la región que más vende al país asiático, con una balanza de ingresos en el último año de 1.200 millones de euros. Le sigue de forma significativa Andalucía, con un balance de ventas de más de 700 millones. Completan el top 5 Comunidad Valenciana, Madrid y País Vasco, con una cesta de alrededor de 450 millones de euros cada uno en ventas al gigante oriental.
En el lado opuesto, cierran la tabla las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y las islas Canarias, que en 2015 vendieron poco más de 3 millones y 6 millones de euros, respectivamente. En la parte baja de la clasificación les acompañan Baleares, Extremadura, La Rioja y Cantabria, cuyas ventas al país asiático les permitió ingresar entre 12 y 20 millones.
Con estas cifras, y en un momento donde España, en comparación con el pasado, vende más y compra menos, las exportaciones nacionales al país asiático supusieron en 2015 apenas un 0,3% en la balanza total de las importaciones chinas. Por este motivo, y porque "China es aún un pastel con sabor desconocido para España", Díaz insiste en las posibilidades que podría abrir a los empresarios españoles situar al mercado más grande del mundo en el top 5 de las exportaciones nacionales, junto a dos o tres países europeos y Estados Unidos.
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