Es el más inofensivo y fácil de desmotivar, pero también es el más común. Se trata del empleado infiel a su empresa, el perfil de ladrón más extendido según Maldonado, empresa de productos de seguridad con más de 35 años de experiencia y referente en el sector. Es un perfil de ladrones que pueden encontrarse […]
Dirigentes Digital
| 19 mar 2015
Es el más inofensivo y fácil de desmotivar, pero también es el más común. Se trata del empleado infiel a su empresa, el perfil de ladrón más extendido según Maldonado, empresa de productos de seguridad con más de 35 años de experiencia y referente en el sector.
Es un perfil de ladrones que pueden encontrarse en cualquier tipo de compañía (desde un supermercado hasta una empresa industrial) y cuyos robos pueden ir desde un falso aumento en la cuenta de gastos hasta pagos de compañías inexistentes, pasando por la sustracción de productos a la venta.
Según el mismo informe, los bienes con mayor índice de hurto son aquellos de más valor y que presentan mayores facilidades de camuflaje y reventa, como es el caso de los complementos de moda, las joyas, el calzado, herramientas electrónicas, teléfonos móviles, vinos y licores, productos de maquillaje y cremas faciales.
El perfil de hurtador, además, suele ser un hombre de entre 18 y 35 años, con ingresos bajos y que habitualmente se dedica a robar para conseguir ingresos extra. "El principal problema es que no sabemos quién nos acecha, pero hay que tener en cuenta que el ladrón es una persona racional y, por tanto, tomará decisiones racionales. Por encima del botín, su objetivo principal es no ser visto, reconocido ni detenido y medirá los riesgos racionalmente", afirma Andreu Maldonado, responsable de la firma.
El ladrón ocasional, sin riesgos innecesarios
Además del empleado infiel, Maldonado advierte sobre otros perfiles más convencionales y vinculados tradicionalmente a la delincuencia, como son los llamados rateros y los necesitados, entre otros. Su objetivo son los robos rápidos y sencillos; no tienen una clara expectativa de botín, no se preparan específicamente el robo y no quieren asumir riesgos de ser descubiertos ni enfrentarse a quien le descubre.
Suelen actuar en viviendas situadas en edificios residenciales, especialmente en aquellos con pocos vecinos por rellano, personas mayores, casas unifamiliares y aisladas y pequeños negocios con protección de baja calidad o inadecuada, como puertas huecas o que ceden con una simple palanca.
Preparación concienzuda del robo: perfil del ladrón experto
También conocido como profesional del delito, que domina los códigos que rigen fuera y dentro de la ley y conoce las consecuencias que un hecho desmedido puede ocasionarle. Este tipo de ladrones buscan todo tipo de objetivos, pero especialmente aquellos en los que tienen una cierta expectativa de botín.
La dificultad ante la que se encuentran es mayor, pero emplean herramientas profesionales y silenciosas, además de tener conocimientos técnicos de apertura y sabotaje.
Se preparan de manera concienzuda el robo y su huida, y difícilmente se aventura en algo donde el riesgo no sea equivalente a lo que pueda robar.
Qué hace que un ladrón aborte su intento
Desmotivar al delincuente es básico para evitar que logre sus objetivos, sean del tipo que sean. Por ese motivo, cuanto antes se conozca el intento de robo, antes podrá protegerse la víctima disponiendo de más tiempo para llamar a la policía.
Existen una serie de medidas clave para que un ladrón abandone su intención de robar, como la instalación de una puerta de seguridad con detección anticipada del robo, la existencia de riesgo excesivo de ser descubierto, grabado, reconocido o detenido, lo que se consigue a través de cámaras en el entorno cercano, buena iluminación y la presencia de vecinos y vigilantes en la zona.
La necesidad de utilizar herramientas sofisticadas difíciles de ocultar, como taladradoras, sierras eléctricas, palancas o inhibidores de frecuencia, es otro de los aspectos que debilitan a un caco, ya que la policía suele buscar evidencias en el maletero del presunto delincuente.
Para Maldonado, "Es muy importante diseñar un plan de autoprotección, que no es más que dedicar un tiempo a reflexionar sobre una serie de cuestiones relativas a la probabilidad de ser atacados y del impacto de ese ataque, para posteriormente plantear el riesgo que estamos dispuestos a correr y asumiéndolo, plantear las medidas de protección y seguridad para evitar el resto".