Internet se ha convertido en uno de los mejores aliados en el mundo de la investigación privada y ha dado lugar a un nuevo perfil: el detective 2.0. La investigación privada es la única vía legal para obtener información confidencial y de hechos o conductas realizadas en privado, donde el seguimiento y la vigilancia son […]
Dirigentes Digital
| 15 jun 2015
Internet se ha convertido en uno de los mejores aliados en el mundo de la investigación privada y ha dado lugar a un nuevo perfil: el detective 2.0.
La investigación privada es la única vía legal para obtener información confidencial y de hechos o conductas realizadas en privado, donde el seguimiento y la vigilancia son la base de todo detective privado. Según explica Ángela Martí, directora de Global Risk Detectives y con un bagaje de más de 30 años de experiencia en el sector, "Internet ha supuesto un soplo de aire fresco para la labor de la investigación privada, que, en verdad, poco o nada tiene que ver con la anticuada imagen de los detectives de novelas y películas".
"En la red aparecen los nombres y apellidos de las personas que aparecen en el BOE, las multas, los edictos de los ayuntamientos, entre otros documentos", señala Martí. Hoy en día, las bases de datos como el Registro Mercantil, Registro de la Propiedad, Tráfico o informes comerciales son fácilmente accesibles a través de la red y evitan la necesidad de desplazarse en persona hasta las sedes físicas; basta con estar abonado a los distintos registros oficiales. Es un proceso más rápido que permite centrar recursos en otras actividades y dar una respuesta más rápida al cliente.
Si quiere proteger un secreto, no deje pistas en Internet
El papel que juegan las redes sociales no se queda atrás. Toda actividad que realicemos en Internet queda visible para quién sepa buscar, desde los perfiles personales en Facebook, Twitter o LinkedIn, hasta un comentario publicado con nuestra dirección de correo en un blog o en un foro. En este contexto, la Ley de Protección de Datos juega un importante papel, pero como indica Martí, "esta ley, vigente en los países civilizados, sirve de poco frente a lo que puede circular por Internet".
"Los padres investigarían lo que hacen sus hijos en las redes sociales si tuvieran acceso a sus perfiles", asegura Ángela Martí. "Un detective siempre puede hacerse pasar por un amigo y conocer qué piensa o qué hace la gente cuando cree que en el mundo digital está protegido", añade.
En muchas ocasiones, una baja laboral que se supone ficticia, con el seguimiento y la vigilancia tradicional, no se podría haber demostrado si el sospechoso no se mueve de su casa. "Hace poco, realizando el seguimiento de la actividad en Internet de un señor que estaba de baja, descubrimos que al mismo tiempo había ganado una prueba de natación. Casos como estos hay muchos, hay que buscar siempre", explican desde Global Risk.
Según los especialistas de la investigación privada, son frecuentes los casos de candidatos a puestos de trabajo con una falsa trayectoria profesional, de estafa en la compraventa de productos entre particulares, de ciberacoso, de localización de personas desaparecidas o de infidelidades, que se resuelven gracias al seguimiento de los perfiles personales en las redes sociales.