El Banco de España manda una seria advertencia sobre la inestabilidad política en sus proyecciones económicas para este y el próximo año. "Las dudas acerca del curso futuro de las políticas económicas podrían incidir negativamente en las decisiones de gasto de los agentes privados, especialmente si la actual situación de incertidumbre política se prolongase en […]
Dirigentes Digital
| 01 abr 2016
El Banco de España manda una seria advertencia sobre la inestabilidad política en sus proyecciones económicas para este y el próximo año. "Las dudas acerca del curso futuro de las políticas económicas podrían incidir negativamente en las decisiones de gasto de los agentes privados, especialmente si la actual situación de incertidumbre política se prolongase en el tiempo", dice el organismo presidido por José María Linde. El supervisor considera que los riesgos sobre la economía española "han empeorado apreciablemente en los últimos meses" y advierte que "se requiere priorizar tanto la culminación del proceso de consolidación fiscal, que resulta esencial para mantener la confianza, como perseverar en la aplicación de las reformas estructurales que reduzcan las vulnerabilidades y permitan mejorar su capacidad de crecimiento futuro".
También alude a un aumento del riesgo para la economía española por los factores externos. "Las recientes tensiones en los mercados financieros internacionales han puesto de manifiesto las debilidades a que se expone el crecimiento mundial y, en particular, la fragilidad de algunos mercados emergentes", explica en sus previsiones, además de subrayar que la intensificación de las tensiones geopolíticas en diferentes áreas representa una fuente adicional de riesgo.
Los expertos de la institución afirman que se mantendrá el periodo expansivo para 2016 y 2017, pero a un menor ritmo. La economía se seguirá apoyando en los precios del petróleo reducidos, el tono expansivo de la política monetaria, la recuperación progresiva de los mercados de exportación y el comportamiento favorable del mercado de trabajo. En concreto, el PIB crecerá este año un 2,7 %, "con un perfil ligeramente decreciente a lo largo del año", y un 2,3 % en 2017.
Para el Banco de España, los vientos de cola que impulsan a la economía irán perdiendo fuerza. Espera que el petróleo repunte ligeramente y una menor depreciación del euro. A corto plazo, constata que ya se habría producido una desaceleración de la actividad económica en el primer trimestre. Estima que el PIB ha crecido un 0,7 % frente al 0,8% de octubre a diciembre.
El paro no bajará del 18%
Según el Banco de España, la expansión del PIB se seguirá apoyando en la demanda nacional, como viene ocurriendo desde el inicio de la recuperación, pero a lo largo del periodo se producirá una pérdida de intensidad, debido a que "la desaceleración prevista para la inversión empresarial se debe al debilitamiento transitorio de los mercados exteriores y el fortalecimiento del euro, y a la moderación de la demanda de las Administraciones Públicas, de acuerdo con los planes presupuestarios".
En relación con el sector exterior, las exportaciones registrarán una cierta pérdida de empuje en el corto plazo, en línea con la evolución de los mercados exteriores, que se revertiría en el tramo final de este año y a lo largo de 2017, conforme dichos mercados recobren gradualmente un comportamiento algo más expansivo, comentan los analistas de la institución.
Respecto al mercado de trabajo, el Banco de España no espera que a finales de 2017 la tasa de paro haya bajado por debajo del 18%. Una de las cuestiones que preocupan a los expertos es que no esperan una recuperación fuerte de la población activa.