Con el nuevo mandato de Dilma Rousseff, el Partido de los Trabajadores (PT) encara su cuarto mandato consecutivo. Pero durante los cuatro próximos años, Brasil tendrá que encarar numerosos cambios en su política económica y en la gestión de los asuntos sociales. Para remarcar los retos y la gestión del cambio, Rousseff inició su discurso […]
Dirigentes Digital
| 02 ene 2015
Con el nuevo mandato de Dilma Rousseff, el Partido de los Trabajadores (PT) encara su cuarto mandato consecutivo. Pero durante los cuatro próximos años, Brasil tendrá que encarar numerosos cambios en su política económica y en la gestión de los asuntos sociales. Para remarcar los retos y la gestión del cambio, Rousseff inició su discurso de investidura recordando que durante su primer mandato, el país pudo rescatar de la pobreza extrema a 36 millones de persona.
De hecho, la presidenta remarcó que durante su primer mandato "superamos la extrema pobreza". Además, la líder del PT aseguró que ahora "vivimos la primera generación de brasileños que no sufrieron la tragedia del hambre. Nunca conquistaron tantos empleos formales", y "nunca tantos brasileños se convirtieron en dueños de sus propias casas".
El otro tema centrará su segundo mandato serán los retos en la economía. Para dibujar el futuro que aguarda al país, Rousseff señaló que "vamos a demostrar que se pueden hacer ajustes en la economía sin perder los derechos conquistados". Frente al fuerte tirón de los últimos años, se espera que el crecimiento del país sea del 0,8%. Para capitanear la nueva etapa, Rousseff ha confiado en Joaquim Levy, nuevo ministro de Hacienda.
Una reelección complicada
El camino a la reelección fue muy espinoso para Dilma Rousseff. El escándalo de corrupción en Petrobras, la mayor empresa del país, salpicó la campaña electoral. Para lograr "limpiar" su imagen y seguir en el camino a la presidencia, Rousseff tuvo que pedir la devolución de los fondos desviados por la petrolera estatal.
La corrupción en la mayor empresa pública de Brasil salpicó de lleno en la campaña cuando se conoció que varias constructoras socias de Petrobras pagaban un 3% de sus contratos a una red para sobornar a políticos. Además, la polémica se agudizó cuando el ex director de Abastecimiento de Petrobras, Paulo Roberto Costa (que ejerció el cargo desde 2004 hasta 2012) reconocía una red de corrupción que cobraba comisiones sobre contratos de la compañía.
Costa, que fue arrestado en 2013 y actualmente se encuentra en prisión mientras es investigado por esta trama, señaló a varios miembros del Partido de los Trabajadores.
En este sentido, la decisión de Rousseff de dar la cara era clave ya que, en esos momentos, los sondeos indicaban que el exgobernador Aécio Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña, tenía posibilidades de vencer a Rousseff. Finalmente, con el 51,52% de los votos, la presidenta pudo conseguir la tan ansiada reelección en una reñida segunda ronda.