El impuesto propuesto por Sudáfrica para gravar las emisiones impulsará el crecimiento de la economía. Así opinan desde la organización sudafricana Applied Development Research Solutiosn (ADRS), que desarrolla modelos económicos. Esta afirmación sería posible porque se espera que gran parte de lo recaudado por el impuesto "verde" fuera destinado a invertirse en proyectos ecológicos y […]
Dirigentes Digital
| 24 nov 2015
El impuesto propuesto por Sudáfrica para gravar las emisiones impulsará el crecimiento de la economía. Así opinan desde la organización sudafricana Applied Development Research Solutiosn (ADRS), que desarrolla modelos económicos. Esta afirmación sería posible porque se espera que gran parte de lo recaudado por el impuesto "verde" fuera destinado a invertirse en proyectos ecológicos y a poder rebajar otros impuestos.
Según informa Bloomberg, el gobierno está completando una ley para gravar las emisiones contaminantes y contribuir a reducir la emisión de gases invernaderos un 34% en cinco años y un 42% para 2025. El impuesto comenzaría siendo de 8,50 dólares por cada tonelada de dióxido de carbono y se incrementaría un 10% al año hasta 2019. La ley entraría en vigor en un año aproximadamente.
Por su parte, la minera sudafricana Chamber of Mines ha sido una de las voces contrarias a este impuesto, alegando que perjudicaría a la inversión en la industria (un punto clave en Sudáfrica, el país más industrializado del continente) y dificultaría aún más la actuación de las compañías, que ya luchan contra el crecimiento de los costes y los bajos precios de las materias primas.
Además, el Tesoro del país estima que menos de la mitad de las emisiones serán realmente gravadas. Este proyecta que el impacto en el PIB será "marginalmente negativo", aunque destaca que mejoraría si los ingresos recabados se utilizaran para bajar otros impuestos y dar incentivos a nuevos proyectos de energías renovables.
ADRS muestra en sus previsiones que el crecimiento económico y el gasto de los hogares podrían impulsarse a través de este tipo de impuestos. ADRS basa su estudio en el supuesto de que la mitad de los ingresos procedentes del impuesto del carbón vayan destinados al presupuesto de infraestructuras del estado para conseguir una economía "más verde", y el resto hacia la inversión en empresas públicas en tecnología y servicios ecológicos.
De acuerdo con el modelo de ADRS, el crecimiento económico anual promedio entre 2015 y 2030 será de 2,4% si el gobierno introduce el impuesto sin medidas de apoyo, comparado con el 3,1% sin él. Sin embargo, reinvertir los ingresos empujará la expansión hasta un 4,3% al año.