¿Cómo lavan su imagen las grandes firmas del textil?

La ONG Centre for Research on Multinational Corporations  (CRMC) denuncia que en la región de Tamil Nadu en el sur de la India, se está produciendo las condiciones necesarias para que ocurra una desgracia parecida a la de Dacca. Hay alrededor de 1.600 fábricas, donde trabajan 400.000 personas, la mayoría menores de edad, por una miseria de poco más de un euro al día, en jornadas interminables y en condiciones infrahumanas. Inditex, Carrefour, Cortefiel y Primark, lo han convertido en uno de los mayores centros de distribución textil del mundo.

Primark reconoció a la ONG que, a pesar de las buenas prácticas que han puesto en marcha para sus proveedores, las condiciones laborales en Tamil Nadu no son las adecuadas. CRMC denuncia que los proveedores locales envían a reclutadores a las zonas más pobres del estado y allí convencen a los padres para que envíen a sus hijas a trabajar, con promesas de buen salario, opciones de escolarización, 3 comidas diarias y una paga extra a los 3 años para costear su dote y contraer matrimonio.

El largo historial de  trágicos accidentes que acumula las marcas occidentales solo es consecuencia de una estructura de la industria basada en mano de obra de barata en países subdesarrollados. Se pagan salarios muy inferiores para poder llevar una vida mínimamente digna. Según la ONG Rompa Limpia, en Bangladesh  un trabajador del sector textil percibía en 2013 50,32 euros al mes, cinco veces menos que lo que deberían percibir para considerarse un salario digno en la relación con la economía del país. Ninguna de las 50 compañías líderes del sector textil garantiza salarios dignos para sus trabajadores en los países productores de Asia, que permita cubrir las necesidades básicas de la familia y que, en la medida de lo posible, permita al trabajador ahorrar.

Pero los casos de explotación llegan a las puertas de Europa. Ropa Limpia denuncia que Inditex y H&M trabajan con fábricas en Turquía que utilizan a inmigrantes sirias para sacar la producción. Ubicada en el sureste del país, Batman es una ciudad de 348.963 habitantes. En 2011, con un 25%, Batman tenía la mayor tasa de desempleo de Turquía. Las autoridades públicas describen a la región como "más barata que China". Habitualmente, las fábricas de Batman fabrican para compañías ubicadas en ciudades grandes que están bien conectadas con mercados internacionales como Estambul, Izmir y Bursa, que proveen directamente a las marcas y compañías internacionales con un complejo entramado de suministro parecido al de India o Bangladesh, donde es difícil vincular la fábrica local con las grandes marcas. Las trabajadoras de estos talleres pueden llegar a ganar 130 euros al mes con turnos que empiezan a las nueve de la mañana y que se pueden prolongar hasta el día siguiente si las necesidades producción lo requiere.

Y en algunos casos en el corazón de Europa, la ONG ha detectado casos en fábricas relacionadas con Inditex y H&M en Rumanía donde  a menudo las trabajadoras hacen más horas extras que las establecidas legalmente, y a veces, las horas extra ni siquiera aparecen en las nóminas y se pagan al contado. Llegan a cobrar el salario mínimo gracias a las horas extras y los días de vacaciones.

El comportamiento de Inditex en estos países contrasta con la vocación social de la compañía que intenta transmitir cada vez que tiene oportunidad. En la última junta de accionista anunció un plan extraordinario de participación de los empleados en el crecimiento de los beneficios de la empresa para 2015-2016, dirigido a todos los trabajadores de tiendas, fabricación, logística, cadenas y filiales de todo el mundo con más de dos años de antigüedad. Más de 70.000 trabajadores repartidos por todo el mundo se repartirán el 10 % del incremento del beneficio neto atribuido a la sociedad dominante respecto al año anterior hasta un máximo del 2 % del beneficio total.

Según las compañías, se están esforzando en fortalecer los controles de los proveedores. Inditex cuenta con 1.625 socios locales que fabrican más de 20.000 unidades al año de ropa, calzado o complementos para el grupo, que tienen declaradas 5.382 fábricas. El 46% está en Asia y el 30% en la UE. El año pasado efectuó 10.274 auditorías sociales, más del doble que en 2013, y multiplicando por diez la cifra de hace cinco años. El grupo detectó 266 incumplimientos del Código de Conducta, especialmente porque el proveedor no informó a Inditex de las fábricas que participan en la producción. Inditex les ofrece la posibilidad de mejorar con planes de acción correctivos y auditorías de seguimiento, pero muestra tolerancia cero ante los incumplimientos reiterados.

Primark, del grupo Associated British Food, impone, asimismo, un código a sus proveedores y trabaja para aumentar las condiciones sociales y laborales en la cadena de suministro. Así, ha reforzado los equipos que vigilan el cumplimiento de sus políticas éticas con el fin de mejorar las fábricas de terceros que producen para la firma.

En Bangladesh, donde ha pagado indemnizaciones por el derrumbe del Rana Plaza, ha llevado a cabo un programa de evaluaciones estructurales de las plantas de sus proveedores, haciendo 2.058 auditorías en el último año. Actualmente, Primark está ampliando ese programa de evaluaciones a otras fábricas fuera de Bangladesh que producen para el grupo. Todos estos esfuerzos auto impuestos no impiden que la marca vaya creciendo cada año. La compañía irlandesa ganó el año pasado 847 millones de euros, un 29% más respecto al ejercicio anterior con una cifra de negocio de  6.332 millones de euros.

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