Con el actual contexto de tipos de interés a cero, las entidades financieras pueden tomar decisiones inauditas. La de cobrar por captar dinero. Los bancos han negado una y otra vez esta posibilidad, pero las nuevas exigencias de solvencia, conocidas por Basilea III, y que entrará en vigor en 2019, podrían llevar en un futuro no muy lejano, a que apliquen tasa negativos por captar pasivo.
Así lo ha expuesto, Carlos Winzer, analista y vicepresidente de Moody’s, este fin de semana, que cree que las entidades trasladará a sus clientes los costes suplementarios de este escenario como cobrar a las empresas por sus puntas de liquidez. Las enormes exigencias de capital impuestas a las entidades para mitigar en el futuro posibles crisis, se pusieron en marcha para evitar que fueran los contribuyentes los que pagaran las consecuencias, pero tendrá efectos no deseados en los costes y los flujos de financiación a empresas.
Winzer apunta que los bancos verán cómo se elevan sus gastos financieros y dejarán de interesarse por según qué empresas, en tanto que las compañías se verán obligadas a repensar su estrategia y reducir el número de bancos con los que operan.
Por raro que parezca está situación ya se está dando y la está sufriendo los propios bancos en sus propias carnes. Entre las medidas adoptadas por el BCE en los últimos años, está penalizar a los bancos por depositar parte de su liquidez en la institución. Hasta mediados del año pasado, Frankfurt remuneraba esta actividad. Pero con las inyecciones de liquidez en el sistema se había producido la aberración que los bancos europeos preferían dejar al dinero al BCE antes que facilitar crédito a empresas y familias. Draghi tomó esta decisión para canalizar la liquidez a la economía real.
Pero está situación ya han comenzado a aplicarla algunas entidades europeas. Los bancos alemanes Commerzbank y Deutsche Skatbank está cobrando a algunos de sus clientes, grandes empresas e inversores institucionales una comisión por el dinero que depositen en la entidad.
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