Parece que la solución para las tiendas tradicionales está muy clara: o cierran o pagan. Pero vayamos al principio. Lo que conocemos como renta antigua, surgió a raíz de los contratos de alquiler creados en 1965 de acuerdo a la "Ley de Arrendamiento Urbano". Las características de los alquileres regidos por esta ley es que […]
Dirigentes Digital
| 13 ene 2015
Parece que la solución para las tiendas tradicionales está muy clara: o cierran o pagan. Pero vayamos al principio. Lo que conocemos como renta antigua, surgió a raíz de los contratos de alquiler creados en 1965 de acuerdo a la "Ley de Arrendamiento Urbano". Las características de los alquileres regidos por esta ley es que sus rentas son mucho más bajas en comparación con el precio del mercado actual, y su periodo de duración mucho más largo.
El 31 de diciembre se cumplió el plazo de 20 años fijado por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1994 para la desaparición de parte de los contratos comerciales de renta antigua, por lo que ahora estos empresarios (la mayoría pequeños) se están viendo obligados a cerrar sus locales o a renegociar el alquiler, en ocasiones sin demasiado éxito. Este es el caso de una de las jugueterías más antiguas de Madrid, situada en la calle Gran Vía. El próximo miércoles 15 de enero cerrará sus puertas para no volver a abrir. La dueña del negocio pagaba de alquiler 10.000 por este local, ahora, su propietario quiere 50.000, una cuantía que la empresa no puede asumir.
Este es solo uno de los miles de casos que hay repartidos por toda España. Aunque las cifras pueden variar, según la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), en torno a 75.000 locales podrían verse en esta misma situación. Se estima además, que unos 40.000 autónomos y entre 80.000 y 100.000 asalariados se verán afectados por esta medida.
Una medida, que ha llegado con mucha confusión. Por un lado, para los empresarios. Estos no se explican muy bien como ahora tendrán que hacer frente a esta repentina subida de alquiler, si algunos locales han ido actualizando su precio en relación al IPC, por lo que les ha ido variando el alquiler durante estos años. Pues bien, por mucho que esta cuantía haya subido, se calcula que nunca se acercará al precio real que ahora se debería pagar por los establecimientos.
En este sentido, sólo existe una excepción. Los negocios que han hecho un traspaso de local en los 10 años anteriores a la entrada en vigor de la Ley, tienen 5 años más de plazo, hasta 2019, para negociar el alquiler o cambiar la empresa de ubicación.
Por otro lado están las personas que viven en una casa alquilada conforme a esta renta antigua, y que se han alarmado por el cambio. En realidad, esta reforma solo afecta a personas jurídicas, no a personas físicas, por lo que no habría ninguna modificación en el precio de su alquiler.
Cambio de tendencia
Como hemos visto, una de las primeras y quizás la principal consecuencia de esta reforma está siendo el cierre de algunos comercios, principalmente tradicionales y pequeños, que no pueden asumir el nuevo coste de renta y se ven obligados a abandonar el espacio en busca de establecimientos más baratos en otras zonas secundarias de la ciudad.
Según se desprende del último ‘Informe de mercado Retail High Street: Situación actual y perspectivas para los próximos meses’, elaborado por la consultora inmobiliaria JLL, Este hecho contribuirá a aumentar la oferta actual de espacios comerciales ‘prime’ en los principales ejes comerciales de las grandes urbes, que es lo que más han estado demandando los grandes operadores, entre otros objetivos, para sumarse a la tendencia de apertura de grandes tiendas insignia en las ciudades.
Avanzamos, por tanto, hacia centros de ciudades con grandes edificios históricos ocupados por ‘flagship’ o tiendas de referencia. Es decir, la tienda insignia (una de las más grandes o la más) de la marca. Principal prueba de ello es la transformación que está sufriendo la Gran Vía de Madrid, donde se inició esta tendencia en la capital con la apertura de gigantescas tiendas de HyM, Zara o Sephora.
Actualmente, está tendencia se ha trasladado a la calle Serrano, donde Louis Vuitton acaba de inaugurar su flagship, de unos 2.500 metros cuadrados. Además, la apertura de una de las tiendas más emblemáticas de Zara el pasado mes de abril y la reubicación de Massimo Dutti con un flagship store han confirmado esta tendencia.