"El intento de golpe de Estado fracasó, las fuerzas leales siguen controlando todos los puntos estratégicos", ha dicho el Jefe del Estado Mayor del Ejército, el general Prime Niyongabo en un comunicado transmitido por la radio estatal.
Según informa Reuters, algunos testigos han afirmado que dos radios privadas y una cadena de televisión han sido atacadas por desconocidos con uniformes policiales. Todos los medios estaban entre los que habían informado del éxito del golpe de Estado. De momento aún continúan los enfrentamientos en el país.
El teniente general Godefroid Niyombare, al que Nkurunziza despidió como jefe de la Inteligencia del país en febrero y que también fue embajador en Kenia, se dirigió el pasado miércoles a la prensa en un cuartel militar rodeado por otros altos mandos del Ejército y la Policía, aprovechando que el presidente del país se encontraba en Tanzania, en una cumbre africana sobre la crisis.
"En vista de la arrogancia y resistencia del presidente Nkurunziza ante la comunidad internacional, que le ha advertido respecto a la Constitución y al acuerdo de paz de Arusha, la Comisión para el establecimiento de la concordia nacional decide la destitución del presidente Nkurunziza y de su Gobierno", declaró Niyombare.
Según datos no confirmados de grupos activistas, más de 20 personas han muerto desde que estallaron unas protestas callejeras en el empobrecido país del centro de África hace más de dos semanas. Los manifestantes sostienen que la propuesta de Nkurunziza de mantenerse otros cinco años en el cargo viola el límite constitucional en el Gobierno, que prevé un máximo de dos legislaturas, y el acuerdo de paz de Arusha, que acabó con una guerra civil de carácter étnico en 2005 que dejó 300.000 muertos.
Líderes occidentales, entre ellos Estados Unidos, han criticado la decisión del presidente de querer mantenerse en el cargo. Más de 50.000 personas han abandonado el país hacia estados vecinos en busca de paz. La agencia de refugiados para la ONU Acnur ha declarado que la crisis estaba llevando a un escenario que en el peor de los casos podría suponer la huida de 300.000 personas hacia otras partes de Burundi o incluso al extranjero.
Por su parte, representantes del Gobierno ya difundieron ayer este mensaje a través de Twitter: "La situación está bajo control, no hay golpe en Burundi". Esto sucedió poco después de que un influyente general anunciara el derrocamiento del presidente burundés Pierre Nkurunziza.
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