Este madrileño pasó toda su juventud en Extremadura, en un pueblecito muy pequeño llamado Bienvenida, en Badajoz, donde sus padres tenían una finca y en su casa siempre había jamón. Desde hace cinco meses trabaja también para Cinco Jotas como asesor externo en el mercado británico.
¿Cómo fue su llegada a Londres?
Llegué hace casi cinco años a Reino Unido como jefe de ventas de una empresa de jamones y a los ocho meses me dijeron, vuélvete a España porque la crisis empezaba ya a hacer estragos, pero lo que pasa es que yo me había mudado con mi mujer y con mis niños pequeños y estábamos encantados. Para mí ha sido un cambio brutal, no ha sido nada fácil, de hecho si me dijeras ahora si repetiría, te diría que no.
¿Por qué?
La llegada a este país es muy difícil. Si no tienes experiencia demostrable o referencias, aquí no te sirve de nada y es muy complicado. Empecé como cortador de jamón. Luego monté una historia en los mercadillos típicos de aquí vendiendo mis jamones al corte. Me saqué una licencia para envasar al vacío y empecé a culturizar. De hecho, mi mujer siempre dice "durante estos cuatro años has pasado más tiempo culturizando que vendiendo jamón".
¿No había "cultura" del jamón?
Cero, porque en Londres aún podías encontrar algo, pero yo estaba en el sur y allí no había nada. Como anécdota te puedo decir que yo fui a una feria de bodas aquí en Londres y me recibieron como una estrella de rock, fue increíble, el jamón triunfó, pero hace exactamente tres años y medio fui a otra feria en un área que se llama New Forest, con un nivel de riqueza que en un pueblo de menos de 2.000 habitantes hay un concesionario de Ferrari, me llamaron para ir y me preguntaron que el jamón qué tipo de pollo era.
¿Por qué cree que ocurre eso?
Los españoles hemos venido aquí, hemos vendido y nos hemos ido. Ahora con la crisis, hemos empezado a hacer las cosas bien, y ahora el jamón, no sólo es conocido, sino que es querido y respetado. De hecho, además, y yendo en contra de mi marca registrada como Spanish Ham, he hecho hincapié en que se conozca como jamón ibérico. Y hoy en día, mis clientes me llaman y me preguntan por jamón ibérico, cosa que me enorgullece. He perdido muchísimo tiempo en culturizar, pero creo que ese es también el éxito de mi empresa.
¿Cómo hace esa culturización?
Son muchos cursos, muchas master class, muchos eventos públicos, algunos gratuitos. Los buenos toreros, al principio, para torear tienen que pagar, y yo exactamente igual. He hecho un curso con el Instituto Cervantes de Londres que se llamó "El mundo del jamón" que ha sido un exitazo y lo repetiré este invierno. Es súper importante que el cliente
sepa de nuestra variedad de jamones, ya que hay para todo tipo de paladares. Y ahora ya tengo clientes que me llaman y me preguntan dónde comprar uno y que ya lo tiene en su casa y hablan con propiedad, y eso a mí me enorgullece.
¿Y cómo llegó a cortar jamón en el Royal Albert Hall?
Fue un honor, una auténtica maravilla. Cada vez que un artista español famoso viene a Inglaterra a actuar me pongo en contacto con su representante o casa discográfica para estar con ellos. Y cuando vino David Bisbal, pues corté jamón en el Royal Albert Hall. Y luego de ahí vino el Manchester United, cuando vino a jugar el Real Madrid la Liga de Campeones hace dos años. Yo me ofrecí para cortarlo para el Real Madrid, pero mi sorpresa fue cuando me pusieron en una cristalera que daba al palco de los
directivos del Manchester en el estadio de Old Trafford, que es increíble, y ahora ya tengo hasta la homologación para ser su proveedor.
¿Y dónde le gustaría entrar más?
Mi meta es Buckingham Palace. Yo creo que no descansaré hasta que el jamón no entre en el Palacio Real aquí. Tengo ya bastante avanzado el tema. Es un protocolo muy estricto, tocando muchas puertas hasta que por fin la puerta se abre. Me da igual que sea para la Reina o el Príncipe Carlos, pero un evento así para la Familia Real Inglesa sería muy importante para el jamón ibérico. Ya se oye por ahí mi eco y yo espero conseguirlo.
¿Qué dificultades ve para el jamón en Reino Unido?
Creo que ahora mismo el tema está encarrilado. El mercado inglés exige constancia, seriedad y perseverancia, que tengamos una continuidad. Ahora mismo llega por la crisis todavía mucha gente que quiere vender su par de jamones y que desaparece. Eso el inglés es muy reacio, quiere que tengas estructura aquí y tener a quien llamar. Les da igual pagar un poco más, pero quieren tener un buen servicio.