Los ingresos se situaron en 24.957 millones de euros, un 12,6% menos respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. Sin el impacto negativo de los tipos de cambio, hubieran crecido un 1,4%.
El beneficio bruto antes de amortizaciones (Oibda) descendió un 14,5% en los seis primeros meses del año, hasta los 8.055 millones de euros, mientras que el beneficio operativo (Oi) descendió un 9,8%%, hasta los 3.892 millones de euros.
Según la compañía, la primera mitad de ejercicio está marcada por una tasa desfavorable en los tipos de cambio, especialmente por la depreciación del real brasileño y del peso argentino así como la devaluación implícita del bolívar venezolano derivada del nuevo sistema cambiario (SICAD I), a pesar de que en el segundo trimestre este impacto se suaviza ligeramente.
La deuda neta financiera se sitúa en 43.791 millones de euros a junio de 2014, reduciéndose en 6.002 millones de euros interanualmente y en 1.590 millones de euros en los últimos seis meses. Si bien, en el segundo trimestre la deuda aumenta 1.067 millones de euros debido principalmente a la distribución del dividendo de 0,40 euros por acción en mayo. Si se incluyeran operaciones posteriores al cierre (venta de T. Irlanda), la deuda se situaría en 42.961 millones de euros. El ratio de endeudamiento (deuda neta sobre OIBDA) de los últimos 12 meses a cierre de junio de 2014 se sitúa en 2,47 veces, y se situaría en 2,43 veces si se incluye la reciente venta de Telefónica Irlanda.
Durante el primer semestre de 2014, la actividad de financiación de Telefónica en los mercados de bonos y préstamos se ha situado en torno a los 9.880 millones de euros equivalentes y se ha centrado principalmente en reforzar la posición de liquidez, gestionar activamente el coste de la deuda y suavizar el perfil de vencimientos de Telefónica de los próximos años.
Respecto al negocio en España, el volumen de ventas descendió un 8,6% hasta los 5.992 millones. En los dos trimestres del periodo, los ingresos se han mantenido constantes en 3.000 millones. La compañía explica que la estabilización de los ingresos, acompañada del cambio radical de la actividad comercial, muestran un cambio en la dinámica del negocio en España que se debería ir reflejando gradualmente en las tasas de variación interanuales.
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