El portavoz del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid también ha pedido a la Fundación Caja Madrid que su actual presidenta, Carmen Cafranga, abandone el cargo, por el cobró desde las tarjetas fantasmas 175.200 euros desde 2003 a 2012.
Esta tarde Cafranga ha presentado su dimisión como una forma de preservar los intereses de la Fundación Caja Madrid a la vista de los hechos desvelados, ha explicado en un comunicado.
La directiva entró en la comisión de control de la caja en representación de la Fundación y en 2010 ascendió al consejo de administración. Cafranga asegura tiene la firme convicción de haber actuado siempre con plena legalidad, y se ha comprometido a devolver el dinero si "la justicia clarifica la situación".
La ex presidenta argumenta que el sistema de tarjetas "es un modelo generalizado en este tipo de entidades y en numerosas
empresas y estaba sometido a los más rigurosos sistemas de control y fiscalización, tanto internos como del Banco de España y de los demás organismos supervisores y reguladores competentes".
La propia Bankia puso en manos de la Fiscalía el caso, tras detectar en la auditoría interna que se habían emitido tarjetas de crédito fuera del control ordinario de la entidad. Las citadas tarjetas pertenecían a miembros del consejo de administración y de la comisión de control de Caja Madrid y de Bankia, así como a directivos de la caja. El auditor deja constancia en su informe de que Sánchez Barcoj era la persona que las gestionaba «de forma separada» al resto de tarjetas de la empresa.
Sánchez Barcoj fue cesado como director financiero cuando el equipo de José Ignacio Goirigolzarri tomó el control de la caja en 2012.
Después de la gestión de Blesa en Caja Madrid, y la posterior de Rodrigo Rato para liderar la fusión con Bancaja y otras cajas de ahorro, que sacó a la entidad a bolsa, Bankia tuvo que ser rescatada con 24.000 millones.