La resolución del pre-concurso de Abengoa es actualmente incierta, y la compañía tiene cuatro meses para llegar a un acuerdo con sus acreedores para evitar el concurso de acreedores según la legislación española. CRIF prevé que, durante este periodo, crezca la posibilidad de que las instituciones financieras endurezcan su política de riesgos a la hora […]
Dirigentes Digital
| 01 dic 2015
La resolución del pre-concurso de Abengoa es actualmente incierta, y la compañía tiene cuatro meses para llegar a un acuerdo con sus acreedores para evitar el concurso de acreedores según la legislación española. CRIF prevé que, durante este periodo, crezca la posibilidad de que las instituciones financieras endurezcan su política de riesgos a la hora de mantener y renovar las líneas de circulante para grupos con una estructura de deuda similar y con un alto nivel de endeudamiento. Sin embargo, a largo plazo, un incremento de tipos de interés dificultará y supondrá un reto adicional para las empresas cuando refinancien la deuda actual que goza de tipos de interés extraordinariamente bajos.
Mantener líneas circulante es un factor fundamental para empresas constructoras dada su exposición a la volatilidad del capital en movimiento durante el año. La mayoría de este tipo de financiación es ofrecida por los bancos, que es probable que decidan restringir y endurecer el acceso a estas líneas como resultado del pre-concurso de Abengoa. CRIF apunta que la deuda a largo plazo también va a sufrir un impacto ya que la cotización de los bonos de algunas compañías (como Isolux o Aldesa) se ha visto afectada durante los últimos doce meses a raíz de la volatilidad continua de Abengoa en los mercados de capital.
Los grupos que presentan mayor riesgo de sufrir el efecto dominó son aquellos con una posición negativa de circulante, es decir, con cuentas a pagar mayor que las cuentas a cobrar, incapacidad de generar flujos de caja operativos positivos (sin contar con ventas de activos) y con un elevado endeudamiento. Sin olvidar que constructoras con exposición a regiones inestables o volátiles como algunos mercados emergentes, pueden sufrir una presión de liquidez adicional.
Las constructoras españolas decidieron internacionalizar su negocio en 2009 a causa del fuerte deterioro del mercado nacional. La estrategia fue positiva para el perfil negocio de las empresas, aunque algunos de los países escogidos fueron mercados emergentes que actualmente están sufriendo un aumento de la volatilidad e inestabilidad. El lado negativo de dicha estrategia es que se financió fundamentalmente con deuda en un contexto de tipos de interés muy bajos. Por lo tanto, los tipos de interés puede que suban en el medio plazo, lo cual tendría un impacto significativo sobre aquellos grupos con una generación de caja operativa débil y podría deteriorar su perfil de liquidez.
Abengoa solicitó el pre-concurso el viernes pasado. Según la legislación española, la empresa tiene un máximo de cuatro meses para llegar a un acuerdo con sus acreedores para evitar la entrada en concurso. Este sería el mayor en España acaecido hasta la fecha.