Por primera vez en siete años ha bajado el paro de los cuatro millones de personas, pero las grandes cifras esconden debilidades del mercado laboral. La creación de empleo es incuestionable, pero en el debate de si es empleo de calidad o precario, algunas cifras cantan por si solas. En lo que va año se ha realizado más de siete millones y medio de contratos, un volumen en niveles pre crisis, un 7,4% más que en el mismo periodo del año pasado, pero la temporalidad hace que no se traduzca en un aumento de ocupación, de creación de empleo neta.
La afiliación a la Seguridad Social, que es la mejor referencia para medir la creación de empleo porque cuenta el número de trabajadores netos que entra en el mercado de trabajo, ha sumado en los primeros cinco meses del año 281.440 cotizantes, frente a los 446.096 de 2015, lo que indica una fuerte ralentización en la creación de puestos de trabajo. Si este año en términos cuantitativos está siendo peor que el ejercicio pasado, en términos cualitativos también lo está siendo debido a la alta rotación del mercado laboral, trabajadores que entran y salen por la temporalidad. Por cada cotizante que ganó el sistema en lo que va de años se necesitó formalizar 26 contratos para que un trabajador haya cotizado ininterrumpidamente desde enero hasta finales de mayo. El año pasado esta cifra era de casi quince a uno, prácticamente la mitad.
La contratación acumulada en los primeros cinco meses de 2016 ha alcanzado la cifra de 7.573.468, lo que supone 523.274 contratos más (7,42%) que en igual periodo del año anterior, pero el 91% de ellos son contratos temporales. En mayo de 2016 solo se han registrado 145.760 contratos de trabajo de carácter indefinido, aunque es cierto que han crecido un 11,7% más que el año pasado. Pero para tener una referencia del peso de los contratos temporales, que suelen ser de peores condiciones salariales que los indefinidos, según los últimos datos disponibles de abril, la mitad de contratos que se realizaron fueron inferiores a tres meses, el 26% de ellos no duraron más de siete días.
El gran problema del mercado laboral está siendo la escasa velocidad con la que crecen los afiliados a la Seguridad Social, hay más contratos, menos paro, pero en términos netos la creación de puestos de trabajo está siendo decepcionante para una economía que crece por encima del 3%. Desde que comenzó la crisis se destruyeron más de tres millones de puestos de trabajo y desde 2013 sólo se han recupero 1,5 millones de afiliados con especial intensidad en 2015, con 533.186 nuevos trabajadores.
De mayo a mayo al año pasado ha dejado de ingresar 152.000 afiliados respecto al periodo anterior. El crecimiento anual del sistema es del 2,56% frente 3,57% de 2015. El ritmo de crecimiento mensual de mayo es incluso más bajo que el de 2014.
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