Las elecciones de este 20 de septiembre son las cuartas nacionales de los últimos seis años. Es más, en los últimos 15 meses, los griegos ha acudido a votar en seis ocasiones: al Parlamento Europeo, a los gobiernos locales, dos generales, unas presidenciales y un referéndum. El nuevo Primer Ministro será el quinto que lidera […]
Dirigentes Digital
| 18 sep 2015
Las elecciones de este 20 de septiembre son las cuartas nacionales de los últimos seis años. Es más, en los últimos 15 meses, los griegos ha acudido a votar en seis ocasiones: al Parlamento Europeo, a los gobiernos locales, dos generales, unas presidenciales y un referéndum. El nuevo Primer Ministro será el quinto que lidera el país en cinco años, mientras que el ministro de Finanzas que elija será el séptimo en el mismo periodo…
Desde la firma del tercer rescate, el liderazgo de Syriza se ha ido reduciendo y las encuestas le sitúan cuasi empatado con Nueva Democracia. Y es que, mientras un tercio de la coalición de izquierdas se ha unido al nuevo partido, Unidad Popular, que apuesta claramente por la salida de Grecia del euro; el cambio de liderazgo de los conservadores parece haber comenzado a atraer a los votantes de vuelta a esta formación.
"Lo único que nos queda claro es que ningún partido será capaz de formar gobierno. Tanto si la victoria es para Syriza como si es para Nueva Democracia será necesaria una coalición probablemente con alguno de los partidos minoritarios", afirman los analistas de Bank of America Merrill Lynch. Y recuerdan que las coaliciones "nunca han durado más de un año en Grecia. Por lo tanto, las elecciones pueden fallar a la hora de acabar con la incertidumbre política en el país".
"El baile de las sillas"
Alexis Tsipras ha dicho que podría "aliarse" con los socialistas del PASOK, "haciendo este desenlace de los acontecimientos el más probable", en palabras de Capital Economics. Dicha unión, explican, "aplicaría ampliamente los términos de programa de ayuda, pero podría seguir presionando por una menor austeridad y una reestructuración de la deuda en el corto plazo". Así, la relación de Atenas con el Eurogrupo seguirá siendo tensa y el acuerdo de rescate podría colapsar en poco tiempo, advierten.
Aunque se ha hablado también de una coalición Syriza-Nueva Democracia, que seguramente implemente el plan tal y como está y sería relativamente estable, Tsipras la ha descartado y las enormes diferencias entre ambas formaciones la hacen poco viable.
Asimismo, indican estos analistas, quizá "el resultado más positivo, pero el menos probable, sería una victoria de los conservadores que resulte en una coalición que exclusa a Syriza. Nueva Democracia podría unir fuerzas, por ejemplo, con To Potami que ha dejado claro que las condiciones del rescate deben respetarse. Esta unión ayudaría a restablecer un poco la confianza y, tal vez, elevaría las probabilidades de una reestructuración y el levantamiento rápido de los controles de capital".
El riesgo de que suceda lo peor sigue ahí
En cualquier caso, para Capital Economics, esté quien esté en el poder, "es poco probable que Grecia cumpla los supuestos económicos ‘optimistas’ del rescate, sobre todo si se implementa toda la austeridad. Tarde o temprano, harán falta aún más ajustes para cumplir con los objetivos presupuestarios y hasta los partidos más a favor del programa seguramente se resistan a ello. En consecuencia, seguirá existiendo un riesgo de enfrentamiento que se puede traducir en una quiebra desordenada y, tal vez, en una salida del euro".
En este sentido, desde Bank of America Merrill Lynch recuerdan que "el programa de rescate es nuevo, pero los problemas son los mismos". El broker estadounidense subraya que es casi imposible saber cuán profunda será la recesión que sufra la república helena este año y el próximo, pero "será grave".
Para estabilizar la economía y salvaguardar su presencia en el euro, según estos expertos, Grecia debe cumplir cuatro condiciones necesarias: restaurar la estabilidad política, implementar las reformas necesarias, "arreglar" los bancos y acordar una significativa y condicionada reestructuración de su deuda.
Unos requisitos "fáciles de conseguir en los casos normal, pero la historia reciente de Atenas sobre la mesa no nos hace optimistas al respecto". Así, aunque los riesgos de un Grexit son reducidos para lo que queda de año, podrían volver el año que viene. Pues, hasta ahora, el miedo al contagio, a las pérdidas y el deseo de la población de permanecer en el euro la han mantenido en él, pero ya sólo sigue "vigente" esta última condición, y puede que no sea suficiente.