Las reivindicaciones democráticas que durante más de una semana han bloqueado uno de los principales centros financieros de Asia tienen ahora una lectura económica. A pesar de que las principales agencias de calificación ya han asegurado que no hay un riesgo a corto plazo, para muchos inversores la inestabilidad social de Hong Kong invita a pensar en otras […]
Dirigentes Digital
| 08 oct 2014
Las reivindicaciones democráticas que durante más de una semana han bloqueado uno de los principales centros financieros de Asia tienen ahora una lectura económica. A pesar de que las principales agencias de calificación ya han asegurado que no hay un riesgo a corto plazo, para muchos inversores la inestabilidad social de Hong Kong invita a pensar en otras alternativas financieras como Shanghai o Singapur.
A día de hoy, la ex colonia británica sigue estando considerada como el lugar con mayor libertad del mundo. Un Producto Interior Bruto (PIB) de 240 mil millones de euros, un marco legal transparente, una mano de obra altamente cualificada y muy poca tolerancia hacia la corrupción son los pilares de su dinámica economía. Pero además, existe una gran facilidad para establecer empresas en su territorio y para mover dinero hacia el resto del mundo. Esa libre circulación de capitales hace que actúe como el gran centro financiero de China, canalizando la inversión exterior de gran parte de los cuatro billones de dólares en reservas del gigante asiático.
Sin embargo, la "revolución de los paraguas" ha encendido las alarmas de los inversores de todo el mundo. Pese a que en los últimos días la ciudad casi ha recuperado su ritmo habitual, todavía el horizonte no se ve completamente despejado y no está claro que las movilizaciones no vayan a repetirse. Con las calles de su distrito financiero bloqueadas, varias entidades bancarias se han visto obligadas a cerrar sus puertas durante más de una semana. Un parón que también ha afectado a los comercios, a las empresas de transporte y que incluso ha obligado a suspender viajes de negocios a grandes empresas de todo el mundo.
Singapur en el punto de mira
Si las protestas se alargan, "el turismo y el comercio, que en conjunto representan el 10 por ciento del producto interno bruto del país, se verán muy afectados", dijo Gareth Leather, de la consultora Capital Economics, quien no descarta que Hong Kong podría sufrir una recesión si el bloqueo se repite. En esta misma línea se expresa Iván Tselichtchev, profesor de economía en la Universidad de Gestión de Niigata (Japón). "Estas protestas ponen de relieve el riesgo político asociado a la práctica del lema "un país, dos sistemas", introducido por Pekín en 1997", explica en referencia al modelo de gestión que China instauró para Hong Kong cuando el Reino Unido le devolvió su soberanía, con el fin de proteger el sistema capitalista de la ex colonia. Y añade que "el peligro es estructural, y los inversores van a pensar más en ello".
La ciudad-Estado de Singapur sería, según los expertos, la principal beneficiada de una hipotética crisis en Hong Kong. Su estabilidad política y financiera la convierten en el principal rival de la ex colonia británica en el caso de que las empresas, que quieran mantener una fuerte presencia en Asia, decidan mudarse. Dentro de China emergen como alternativas Shenzhen y Shanghai, focos de las inversiones del gobierno chino en los últimos años.