Obama se presentaba ante los miembros del Congreso con dos elementos a su favor: los buenos datos económicos y el nivel de popularidad más alto de los últimos dos años. "La sombra de la crisis ha pasado y el Estado de la Unión es fuerte". A esta fortaleza económica ha aludido para plantear una agenda […]
Dirigentes Digital
| 21 ene 2015
Obama se presentaba ante los miembros del Congreso con dos elementos a su favor: los buenos datos económicos y el nivel de popularidad más alto de los últimos dos años. "La sombra de la crisis ha pasado y el Estado de la Unión es fuerte". A esta fortaleza económica ha aludido para plantear una agenda que ya había desgranado en semanas anteriores y que busca, sobre todo, luchar contra la desigualdad; para ello, Obama propone aumentar los impuestos a los particulares y empresas con mayores ingresos para ayudar a la clase media. "¿Aceptaremos una economía en la que sólo a unos cuantos de nosotros les va espectacularmente bien o nos comprometeremos con una economía que genere ingresos crecientes y oportunidades para todos lo que hagan un esfuerzo?", preguntó a su audiencia.
El plan fiscal del presidente incluye aumentar al 28% la tasa de impuestos a las ganancias de capital para los hogares que ganen más de 500.000 dólares anuales, aumentar la presión fiscal a las herencias o imponer un pago de derechos a las entidades financieras estadounidenses con más de 50.000 millones de dólares en activos.
Parte de los 320.000 millones de dólares que se esperan recaudar en impuestos irán destinados a impulsar la clase media en forma de un crédito fiscal de 500 dólares para familias en las que los dos padres trabajen, la expansión de crédito fiscal por cuidado infantil, ayudas de hasta 3.000 dólares por hijo, promover en los estados el pago por baja maternal o por enfermedad, o un programa de 60.000 millones dólares para ofrecer carreras gratuitas en los llamados "community college", en donde el 40% de los estudiantes americanos estudian sus carreras universitarias. Obama también ha insistido en aumentar el salario mínimo a nivel federal y equilibrar los ingresos entre hombres y mujeres, además de reforzar el papel de los sindicatos. Incrementar las inversiones en infraestructuras e investigación y aumentar la protección de los trabajadores y las empresas americanas frente a mercados como Europa o Asia, especialmente China, tampoco ha faltado en su discurso.
Más allá de la economía, en política internacional no han faltado referencias a asuntos como el avance del Estado Islámico donde Obama ha pedido al congreso la autorización para usar la fuerza contra ISIL. Otros asuntos mencionados han sido Rusia, Cuba o Irán. Atención especial merece el interés del presidente por la ciberseguridad, por lo que ha pedido al Congreso que apruebe una ley para combatir ataques cibernéticos. Y, por supuesto, no han faltado referencias a la lucha contra el cambio climático que el presidente ha destacado como una prioridad.
A pesar de la llamada a la unión y el trabajo conjunto que ha hecho el presidente Obama a los republicanos, éstos han respondido a su discurso con un previsible rechazo, especialmente en lo referente a las propuestas fiscales de Obama. El portavoz de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, aseguró que "el Estado de la Unión es una oportunidad para empezar de nuevo, pero todo lo que el presidente ha ofrecido esta noche son más impuestos, más gobierno y más de aquello que ha fallado a las familias de clase media. Éstas no son solo políticas equivocadas, sino prioridades equivocadas: aumentar la burocracia en Washington en vez de la economía americana".