Pedro Sánchez aceptó la propuesta de Ciudadanos de iniciar una reforma urgente de la constitución para una regeneración democrática que podría encajar en las pretensiones de otros partidos y que no entra en el pantanoso tema de las soberanías. Las medidas solicitadas por Ciudadanos y aceptadas expresamente por Sánchez buscan la supresión de los aforamientos, […]
Dirigentes Digital
| 23 feb 2016
Pedro Sánchez aceptó la propuesta de Ciudadanos de iniciar una reforma urgente de la constitución para una regeneración democrática que podría encajar en las pretensiones de otros partidos y que no entra en el pantanoso tema de las soberanías.
Las medidas solicitadas por Ciudadanos y aceptadas expresamente por Sánchez buscan la supresión de los aforamientos, reducir a la mitad el número de firmas para las iniciativas populares, avanzar en la despolitización de la justicia, suprimir las diputaciones y limitar los mandatos al frente del Gobierno a ocho años. Los 90 escaños del PSOE y los 40 de Ciudadanos no serían suficientes para avalar la investidura de Sánchez, que presentará su propuesta a los 350 diputados que componen la Cámara el próximo uno de marzo.
Podemos ha dejado claro que no apoyará un acuerdo con Ciudadanos "Si no se suma el PP a ese acuerdo, no es acuerdo de Gobierno ni de investidura", ha enfatizado Iglesias, quien defiende que la única posibilidad de Sánchez de llegar a La Moncloa es un pacto con su formación, Compromís e Izquierda Unida para integrar un Gobierno de coalición. "Hay un hecho que me permite ser optimista. Solo hay una posibilidad de que Pedro Sánchez sea presidente del gobierno y es como presidente de un gobierno de coalición", recoge Reuters.
El PP, por su parte, se limita a reiterar su oferta de un gran gobierno de coalición liderado por el actual presidente Mariano Rajoy con Ciudadanos y el PSOE. Sánchez anunció la convocatoria para este miércoles de la Ejecutiva del Comité Federal del PSOE para someter a la consideración de las bases el acuerdo con Ciudadanos. "Mañana será un día importante", dijo.
Sin embargo, las cuentas no salen. Para ser investido presidente, Sánchez se someterá el 2 de marzo a una votación en la que necesita una mayoría absoluta, prácticamente imposible y, ya en una segunda ronda el 5 de marzo podría ser elegido con mayoría simple, es decir, consiguiendo más votos a favor que en contra.
El PSOE y Ciudadanos con sus 130 de los 350 votos del Congreso necesitarían al menos la abstención de 91 diputados. El PSOE, que negocia de forma paralela con Podemos (65 diputados con sus confluencias), Compromis (4) e Izquierda Unida y Unidad Popular (2), estaría abocado a fracasar en la investidura si estos grupos votasen en contra, aunque el PNV, que ha manifestado la posibilidad de apoyar una investidura, apoyase con sus seis escaños