Hasta hace unos años el modelo de transporte de pasajeros en núcleos urbanos era un mercado dominado por completo por los taxistas. Tan solo los chóferes profesionales podían competir, pero con otro público objetivo, uno que buscaba un servicio más personalizado.
La irrupción de las nuevas tecnologías en la automoción no solo han traído consigo la mejora del rendimiento y la aplicación de nuevos servicios en los coches particulares, también han dado lugar a nuevas ideas de negocio que amenazan seriamente el dominio del mercado del trasporte de pasajeros en vehículos privados.
Uber es el caso más relevante a nivel internacional. Con una aplicación en tu Smartphone y un vehículo propio puede trabajar como chófer. La falta de regulación de los países acerca de la profesionalización de los servicios de transporte con vehículos particulares ha propiciado que startups como Uber aprovechen ese vacío legal.
Sin embargo, ver su modelo de negocio amenazado no les hace gracia a taxistas y choferes profesionales. Aquellos que han tenido que pagar por su licencia grandes cantidades d dinero ven como novatos sin experiencia ni documentación que les acredite les quitan los clientes.
Uber y Lyft son dos ejemplos de empresas que han aprovechado los nuevos modelos de negocio que las nuevas tecnologías móviles aplicadas a los automóviles permiten hoy en día. Ideas que podrían suponer la reducción de vehículos particulares y así descongestionar el tráfico y reducir la contaminación, pero que también desacelerarían el mercado del motor.
La empresa Uber, presente ya en casi todo el mundo, ha tenido varios problemas legales en su proyecto de internacionalización debido a la legislación de varios países, pero su negocio funciona y consigue inversores. El último en apostar por la startup ha sido el gobierno saudí con 3.500 millones. Un claro ejemplo del dinero que pueden llegar a generar los nuevos modelos de negocio ligados a la automoción.
Muy relacionado con estas compañías está otro modelo de negocio, Bla Bla Car. Una manera de compartir gastos y, como Uber, reducir la densidad del tráfico. Una empresa que ha conseguido consolidarse en España y que cada vez más personas escogen como alternativa para ahorrar gastos en los viajes dentro del país.
Pero no solo de empresas privadas se ha plagado el mundo del motor. Las entidades públicas, concienciadas con el medio ambiente han querido impulsar los modelos de coches eléctricos. Un ejemplo es la comunidad de Madrid. En la capital española se ha instalado una red de coches eléctricos disponibles para alquilar por minutos, horas o días. Una mera de financiar las arcas públicas e impulsar el uso de vehículos ni contaminantes ni dependientes de combustibles fósiles.
Además, ligado al desarrollo de los vehículos eléctricos, mientras las gasolineras tradicionales han visto como caía el precio del barril de petróleo, han surgido las primeras fotolineras. Nuevos puntos de recarga para coches eléctricos que se intenta que sean el futuro de las estaciones de repostaje de vehículos particulares.
Una gran cantidad de nuevos negocios impulsado por startups que han aprovechado las nuevas tecnologías y de los entes públicos que buscan concienciarse con el medio ambiente y apostar por las energías renovables.
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