Japón vivió un 2014 turbulento que se cerró con unas elecciones anticipadas donde el primer ministro Shinzo Abe revalidó su puesto como primer ministro. Un pseudoreférendum para el programa Abenomics que acabó con su aprobación y una prórroga de cuatro años del mismo. Ahora, Abe deberá ver si 2015 es el comienzo para que las […]
Dirigentes Digital
| 21 ene 2015
Japón vivió un 2014 turbulento que se cerró con unas elecciones anticipadas donde el primer ministro Shinzo Abe revalidó su puesto como primer ministro. Un pseudoreférendum para el programa Abenomics que acabó con su aprobación y una prórroga de cuatro años del mismo. Ahora, Abe deberá ver si 2015 es el comienzo para que las tres flechas de Abe funcionen aunque por el momento las previsiones de crecimiento no son las más positivas.
Las previsiones del FMI que se publicaron esta semana tampoco muestran que se espere una fuerte revitalización del mercado nipón. El organismo internacional solo salvó de la quema a España y a Estados Unidos. En el caso de Japón, sigue preocupando la debilidad económica del país.
En la última reunión del Banco Central de Japón (BOJ), el organismo ha rebajado las previsiones de crecimiento hasta el 1% para este año. Una revisión a la baja que estaba prevista por los analistas. Los expertos de Citi apuntan que esta bajada era posible como consecuencia de una fuerte caída en los precios del crudo. "Creemos que esta drástica caída en los precios del petróleo, inevitablemente, tendrá algún impacto en las previsiones", apuntan. En este contexto, los analistas aseguran que si el crudo no se recupera, el BOJ podría aplicar nuevos estímulos monetarios para acercarse a su objetivo de inflación.
La inflación continúa siendo uno de los grandes retos del país nipón para este ejercicio. La espiral deflacionista en la que lleva desde hace años no hizo sino agravarse el año pasado tras la subida de las tasas equivalentes al IVA. En este sentido, Abe tuvo que retrasar la siguiente subida impositiva que había previsto para 2015.
Por ahora, el BOJ en su reunión ha decidido extender el programa de liquidez puesto en marcha en octubre. Este está destinado a aumentar los préstamos de los bancos comerciales. El programa ha sido extendido un año más, hasta marzo de 2016, y se ha elevado su cuantía en 3.000 billones de yenes hasta los 10.000 billones. Con esta medida, apuntan los expertos, se espera poner una mayor masa monetaria en el mercado lo que en teoría debería potenciar los préstamos y el consumo. Una medida que busca conseguir elevar la inflación.