El juez Scott W. Skavdahl impide poner en marcha el plan del Departamento de Interior al considerar que no tiene autoridad para regular esta técnica que permite extraer petróleo y gas. Se trata de un nuevo golpe al programa medioambiental de Barack Obama lanzado en 2015 y que tenía como objetivo garantizar la protección de […]
Dirigentes Digital
| 23 jun 2016
El juez Scott W. Skavdahl impide poner en marcha el plan del Departamento de Interior al considerar que no tiene autoridad para regular esta técnica que permite extraer petróleo y gas. Se trata de un nuevo golpe al programa medioambiental de Barack Obama lanzado en 2015 y que tenía como objetivo garantizar la protección de las aguas subterráneas exigiendo a las empresas el aislamiento de sus pozos extractores con sólidas barreras de cemento.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, asegura que el Gobierno apelará la decisión del juez, al asegurar que seguirá "defendiendo este tipo de medidas en los tribunales". "Creemos que tenemos un argumento muy sólido al respecto", ha dicho Earnest.
El magistrado Skavdahl, que fue nominado para el cargo por el propio Obama, insiste en que el Gobierno se ha excedido en su autoridad, "independientemente de si la fracturación hidráulica es buena o mala para el medio ambiente o los ciudadanos de Estados Unidos", según Reuters. El congresista republicano que preside la Cámara de Representantes, Paul Ryan, celebró la decisión del juez al asegurar en un comunicado que la regulación de Obama "no solo era dañina para la economía y los consumidores, sino que era ilegal".
Ese nuevo procedimiento de extracción de hidrocarburos ha generado preocupación entre la población por el peligro de que provoquen la contaminación del agua potable, la emisión de gases tóxicos al aire e incluso temblores de tierra. Además, el ‘fracking’ se considera el origen de la caída de los precios del petróleo de los últimos años.
La medida bloqueada exigía mayor transparencia a las empresas que se dedican a estas actividades y establecía requisitos más exigentes en cuanto a la seguridad en el almacenamiento de los fluidos residuales resultantes para evitar riesgos de contaminación.